La muñeca más famosa del planeta vuelve a romper moldes. Mattel lanzó esta semana una versión de Barbie equipada con un sensor de glucosa y una bomba de insulina, diseñada para que niñas y niños con diabetes tipo 1 se vean reflejados en su juego diario y, de paso, provocar conversaciones sobre una condición que todavía carga con estigmas.
Según la agencia EFE, la iniciativa llega a las estanterías europeas incluyendo España con la modelo y actriz Laura Sánchez como embajadora, cuatro años después de que a ella misma le diagnosticaran esta enfermedad autoinmune. Su implicación le pone rostro adulto a un mensaje pensado para la infancia: la diabetes no debe frenar los sueños.
La nueva Barbie viste un conjunto de lunares azules símbolo internacional de la concienciación diabética y porta un bolso para guardar tentempiés o suministros médicos. El set incluye un monitor continuo de glucosa en el brazo y una bomba de insulina en la cintura, desarrollados junto a la organización Breakthrough T1D (antes JDRF), que aportó su experiencia clínica para que los dispositivos lucieran idénticos a los reales.
La presentación oficial se hizo durante el Congreso Infantil 2025 de Breakthrough T1D en Washington D. C., donde 160 chicos y chicas de todo el mundo visitaron el Capitolio para pedir la renovación del Special Diabetes Program, fondo federal que financia gran parte de la investigación en EE. UU. Mattel aprovechó la coyuntura para recordar su línea de muñecas inclusivas donde ya figuran modelos con síndrome de Down, implantes cocleares o prótesis y subrayar que sus ventas duplicaron las previsiones cada vez que abordaron un tema de salud pública.
La apuesta no es menor la International Diabetes Federation calcula que 1,8 millones de menores de 20 años viven con diabetes tipo 1 en todo el planeta, y la cifra global de personas con cualquier tipo de diabetes podría rozar los 853 millones en 2050 si la tendencia no cambia.En los Estados Unidos ya se cuentan más de 300 000 niños con T1D; en Latinoamérica, los datos son más difusos, pero los expertos coinciden en que los diagnósticos crecen año tras año.
En la República Dominicana, por ejemplo, la Sociedad de Endocrinología Pediátrica estima que entre 1 500 y 2 000 menores conviven hoy con la enfermedad y que cada año se añaden unos 120 casos nuevos, razón por la que el programa estatal Promese/CAL distribuye gratuitamente insumos a 715 niños de escasos recursos. Para estos pequeños, ver una muñeca con los mismos dispositivos que llevan en su cuerpo tiene un valor simbólico y psicológico incalculable, sostienen los endocrinólogos consultados.
Más allá del gesto inclusivo, Mattel se juega un movimiento estratégico dentro de un mercado que exige autenticidad si la representación se siente forzada, el público infantil lo nota y las ventas lo confirman. En esta ocasión, la colaboración con Breakthrough T1D incluye un compromiso de apoyo financiero a la investigación, lo que ayuda a blindar la iniciativa de acusaciones de “pinkwashing” o, en este caso, “blue-washing”.
En resumen, la nueva Barbie con monitor de glucosa no solo amplía la colección Fashionistas coloca en el centro del juego un tema de salud que afecta a millones de familias y recuerda que la diversidad también implica condiciones médicas invisibles. Y, de paso, abre una pregunta pertinente para el Caribe ¿cuándo veremos estrategias de inclusión similares en los juguetes que dominan nuestras vitrinas?








