La cotización del Bitcoin ha caído con fuerza este viernes, tocando mínimos no vistos desde abril, mientras el mercado evalúa la posibilidad de que la criptomoneda registre su peor mes desde 2022.
Según un informe de EFE, el activo digital cayó un 2,27 % tras el cierre de los mercados europeos, intercambiándose por alrededor de 85.225 dólares, y durante la jornada llegó a tocar los 80.553 dólares, nivel que no alcanzaba desde principios de abril.
La caída acumulada en noviembre ya supera el 22 %, lo que sitúa al bitcoin encaminado a cerrar su mes más débil en más de tres años.
Analistas consultados por EFE, como Javier Cabrera de XTB, identifican varios factores detrás del retroceso la pérdida de impulso de los catalizadores que lo habían impulsado durante el año (como anuncios relevantes de la administración estadounidense), la sensación de vértigo tras un rally prolongado y los cierres masivos de posiciones apalancadas que intensifican las pérdidas.
El bitcoin alcanzó un máximo histórico el pasado 6 de octubre al tocar los 126.251 dólares. Desde entonces, acumula un desplome superior al 32 %. La caída pone en relieve la naturaleza cíclica de este tipo de activos: cada tres o cuatro años tienden a producirse correcciones profundas, según Cabrera.
Para el mercado dominicano, este escenario obliga a los inversores a evaluar con cautela la entrada en el ecosistema cripto. El aumento de volatilidad no solo afecta el valor del bitcoin, sino que también impacta en las expectativas de otras criptomonedas y en las decisiones de quienes buscan diversificar sus portafolios. Además, el hecho de que muchos participantes operen con apalancamiento amplifica tanto las ganancias como las pérdidas, y cuando el viento cambia, la factura puede ser fuerte.
En este contexto, los expertos aconsejan mantener una estrategia sofisticada y reducir la exposición a riesgos innecesarios. Aunque el bitcoin recuperó recientemente su popularidad, su comportamiento sugiere que los tiempos de bonanza pueden dar paso a correcciones rápidas y violentes. Aquellos que entraron en la subida podrían enfrentarse a tensiones si deciden esperar más ganancias sin gestionar los riesgos.
El descenso no debe interpretarse como el fin del ciclo del bitcoin ni del mercado cripto en general, pero sirve como recordatorio de que el activo sigue siendo altamente dependiente de variables macroeconómicas, decisiones regulatorias y la psicología de los inversores. A juicio de Cabrera, el cierre de posiciones apalancadas puede haber acelerado el ajuste, mientras que la menor cantidad de noticias positivas reduce el “efecto arrastre” que había impulsado el precio.
Finalmente, para quienes en República Dominicana o América Latina analizan el bitcoin como alternativa de inversión, este momento puede representar tanto una entrada estratégica como una invitación a la prudencia. Con la volatilidad por delante, la clave estará no en subirse al tren de las ganancias rápidas, sino en entender bien el juego y prepararse para el cambio de rumbo.
