Carlos Alcaraz regresó a la arcilla italiana con la misma hambre con que se comió Monte-Carlo despachó 6-3 y 6-3 al serbio Dusan Lajovic en hora y veintidós minutos y, de paso, se quitó la espinita de nunca haber pasado de segunda ronda en el Foro Itálico. La manga compresora que luce en el muslo derecho no impidió que el murciano mordiera cada bola y firmara su 25.ª victoria de la temporada, la mejor marca del circuito masculino hasta la fecha .
Según la agencia EFE, el número 3 del ranking salió al ruedo con dos quiebres consecutivos y un 4-0 fulminante que dejó al público boquiabierto. El resto fue administrar la ventaja, corregir algún titubeo en la red y cerrar cada set con autoridad. El coach Juan Carlos Ferrero apenas necesitó asentir desde el banquillo para recordarle que el plan iba viento en popa.
El examen físico, aprobado con nota
La ausencia en Madrid encendió las alarmas: nadie regresa de un problema en el aductor sin rodaje competitivo y se planta en Roma como si nada. Alcaraz lo hizo. Su porcentaje de primeros servicios superó el 70 %, y con la derecha consiguió 17 golpes ganadores por solo 11 errores no forzados. “Necesitaba sentirme libre de la cabeza para competir”, confesó el jueves; hoy se vio claro.
Un guiño a Sinner y aclaración necesaria
El español volvió a bromear con ese hipotético duelo contra Jannik Sinner en la final, el partido que Italia sueña ver. En varios medios dominicanos se repitió que el italiano regresaba “tras una sanción por dopaje”. En realidad, Sinner fue exonerado en 2024 un tribunal independiente concluyó que las mínimas trazas de clostebol halladas en sus análisis no implicaban culpa ni ventaja competitiva. Así que, si se cruzan el 19 de mayo, será un choque limpio y sin fantasmas.
Cómo llega Alcaraz a este Masters 1000
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Monte-Carlo: Campeón tras remontar a Musetti, su sexto Masters 1000.
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Barcelona: Finalista; cayó ante Rune, pero dejó un tenis de alto vuelo que confirma su madurez táctica.
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Róterdam (indoor): Primer título del año y récord personal ya ganó en las cuatro superficies principales antes de cumplir 22 años.
Con la confianza de quien ya levantó dos trofeos en 2025 y sin rastro visible de dolor, Alcaraz espera ahora a Alex Michelsen o Laslo Djere. Gane quien gane, el español llega con la flecha hacia arriba y la grada romana lo sabe: cada derechazo suyo retumba como un tambora de carnaval.
La meta no es solo afinar para Roland Garros. Alcaraz quiere sacar pecho en la Ciudad Eterna y añadir este título a su vitrina. Si mantiene la chispa mostrada hoy, nadie debería sorprenderse de verlo con la copa en doce días.