El ambiente en Manabao, Jarabacoa, se ha tornado tenso desde que la comunidad supo de la desaparición de Roldany Calderón, un niño de apenas tres años. La incertidumbre mantiene a familiares y amigos aferrados a la esperanza de verlo regresar sano y salvo, mientras cada rincón de la zona es investigado por las autoridades y las brigadas de rescate locales.
Tal como reportó Javier Herrera en Hoy, la madre del menor, Carolina Vargas, fue detenida —aunque no formalmente arrestada— luego de presuntamente oponerse a un allanamiento que el Ministerio Público llevaba a cabo en su vivienda. Según el portavoz de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, las pesquisas forman parte de un proceso que intenta esclarecer por qué el niño, que ya acumula siete días sin aparecer, desapareció en circunstancias aún poco claras.
La difusión de algunos videos mostró a Vargas caminando cerca de su residencia, sin esposas y con un semblante afectado, lo que ha desatado múltiples especulaciones en redes sociales. Hay quienes sostienen distintas teorías, desde la posibilidad de un acto delictivo hasta conjeturas más inverosímiles que, por ahora, carecen de sustento oficial. De acuerdo con datos públicos de la Procuraduría General de la República, la intervención de los organismos de investigación en casos de desaparición de menores se ha incrementado en los últimos años, sobre todo cuando la familia del niño ofrece información que no encaja con la línea general de la indagatoria.
Los vecinos de la zona mantienen activa su colaboración con la Policía, aportando testimonios y reportes sobre cualquier pista que pudiera conducir al paradero de Roldany. Mientras tanto, el Ministerio Público insiste en que cada detalle será valorado para descartar hipótesis infundadas. La comunidad entera se mantiene pendiente de cómo evolucione el caso, pues la incertidumbre genera tensión y preguntas que demandan respuestas urgentes.
En diversos foros de la sociedad civil dominicana se subraya la importancia de involucrar a organizaciones locales de rescate y a grupos de rastreo experimentados, con el fin de ampliar las búsquedas en la zona montañosa de Jarabacoa, que puede complicar las labores de localización. Se considera vital reforzar la comunicación oficial, ya que la especulación tiende a multiplicarse cuando la información es escasa.
Las autoridades aún no ofrecen una versión definitiva, pero recalcan que cualquier indicio será evaluado cuidadosamente. Entretanto, la comunidad y el país siguen pendientes de las noticias que permitan devolver la tranquilidad a una familia sumida en la angustia por el paradero de su niño.
