Catolicismo en Kazajistán una comunidad diversa que apuesta por el diálogo

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La comunidad católica en Kazajistán ha experimentado una transformación significativa durante las tres décadas de independencia de la república centroasiática. Hoy, su composición refleja la diversidad étnica del país y se proyecta con un rostro mucho más abierto y universal.

Según reporta la agencia EFE, el obispo español José Luis Mumbiela Sierra, presidente de la Conferencia Episcopal de Asia Central, destacó que la Iglesia católica en Kazajistán ya no se identifica únicamente con polacos, alemanes y bálticos deportados en tiempos soviéticos. En la actualidad, la comunidad está formada por creyentes de distintas raíces y, en muchos casos, por personas que provienen de tradiciones religiosas no católicas o incluso no cristianas.

Aunque el número de fieles ronda los 200 mil en toda Asia Central, Mumbiela subrayó que el valor de la Iglesia no radica en la cantidad, sino en su capacidad de aportar a la sociedad. Desde 1991, con la independencia del país, la organización eclesial ha fortalecido sus estructuras, incrementando el número de parroquias y estableciendo una relación de respeto y cooperación con el Estado kazajo.

El obispo recordó que la misión católica busca ser “luz y levadura” en la sociedad, una presencia discreta pero transformadora. A su juicio, una Iglesia viva no debe pensar solo en sí misma, sino también en el bien común, contribuyendo al desarrollo y a la convivencia pacífica.

La mirada hacia Ucrania y la paz mundial

Mumbiela calificó la guerra en Ucrania como un conflicto “fratricida” que deja únicamente pérdidas humanas y espirituales. Señaló que los católicos kazajos rezan por el fin de esta “tragedia injustificable” y reiteró el llamado del papa Francisco a la unidad, el perdón y la reconciliación como caminos hacia la paz.

Kazajistán, plataforma para el diálogo interreligioso

En ese contexto, el obispo valoró el papel de Kazajistán como puente de diálogo entre culturas y religiones, recordando que el país acoge el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Este encuentro, celebrado en Astaná, busca consolidar al país como un espacio de encuentro, con estructuras de diálogo que contribuyen a la estabilidad regional y mundial.

“Somos pocos, pero podemos aportar algo importante”, expresó Mumbiela, convencido de que la fuerza de la comunidad católica radica en su capacidad de influir positivamente en la sociedad, más allá de los números.

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