CELAC Refuerza Unidad Latinoamericana y del Caribe Mientras Afianza su Liderazgo Internacional

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El más reciente encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha dado de qué hablar en nuestra región, sobre todo al fijar posturas respecto al comercio internacional y a las políticas de cooperación que involucran a los países miembros. Esta organización, formada por 33 naciones de América Latina y el Caribe, se creó con la intención de impulsar la solidaridad y fortalecer el diálogo político, siendo un foro clave para discutir retos y oportunidades comunes.


Tal como destaca EFE en una nota reciente, durante la última cumbre se resaltó el compromiso de la CELAC en rechazar toda clase de medidas unilaterales que afecten el libre intercambio comercial y el desarrollo de la región. Además, se señaló el consenso entre 30 de los Estados integrantes para apoyar la denominada “Declaración de Tegucigalpa”, que aboga por la no injerencia en asuntos internos y la defensa de la soberanía regional. Tres países se distanciaron parcialmente de ese acuerdo, aunque, según voceros oficiales, la mayoría optó por avanzar en la búsqueda de consensos.


Históricamente, la CELAC ha apostado por la cooperación internacional, la democracia y el multilateralismo como formas de garantizar la paz y los derechos humanos en el hemisferio occidental. Desde su surgimiento, ha servido como un puente político para articular soluciones conjuntas en temas como la migración, la seguridad alimentaria y la transición energética. A lo interno de las naciones miembros, estas políticas suelen generar debates intensos, sin embargo, la visión compartida apunta a fortalecer el tejido económico y social de todo el bloque.


Más allá de las discusiones diplomáticas, es notorio que la organización busca mayor representatividad en organismos globales. De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región supera los 650 millones de habitantes, lo cual otorga un peso considerable en la dinámica internacional. Al mismo tiempo, el interés de la CELAC por impulsar un liderazgo femenino y diverso, tanto en el ámbito de la ONU como en otras agencias multilaterales, pone de relieve la intención de modernizar la forma en que América Latina y el Caribe se proyectan en el mundo.


Con la presidencia pro témpore asumiendo nuevos bríos, el panorama luce prometedor para que la CELAC continúe extendiendo su presencia y generando cambios significativos en la integración regional. Las discusiones sobre temas medioambientales, la lucha contra la delincuencia organizada y el respaldo a países en situaciones críticas, como Haití, demuestran que esta plataforma apuesta por forjar respuestas tangibles a los desafíos compartidos. Si la colaboración se mantiene firme y la voluntad política sigue encendida, la región podría afianzar un horizonte más justo y solidario para todas y todos.

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