China lanzó este lunes una serie de ejercicios militares con fuego real en el mar Amarillo, una medida que se produce en un contexto de elevadas tensiones diplomáticas con Japón.
Según reporta EFE, las maniobras fueron anunciadas por la Administración de Seguridad Marítima china y se desarrollan entre hoy y el miércoles en una extensa zona del mar Amarillo delimitada por coordenadas publicadas desde Yancheng. Las autoridades chinas advirtieron que la navegación permanecería suspendida las 24 horas, sin especificar los medios involucrados ni la finalidad concreta del ejercicio.
El envío de un diplomático japonés a Pekín y la retórica cada vez más dura de China hacia Japón coinciden con esta acción militar. El gobierno japonés despachó a Masaaki Kanai, director general de Asuntos de Asia y Oceanía del Ministerio de Asuntos Exteriores, para reunirse en la capital china con su homólogo Liu Jinsong con el propósito de reiterar que Japón mantiene su postura de no reconocer a Taiwán como gobierno legítimo y que busca canales de desescalada.
La chispa de esta escalada estuvo en las declaraciones de la japonesa Sanae Takaichi, quien sugirió que un ataque chino a la isla de Taiwán podría desencadenar una situación de crisis para Japón y llevar a una intervención de sus fuerzas armadas en el estrecho de Taiwán. La portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, respondió que esas palabras han herido seriamente los sentimientos del pueblo chino y deterioraron el ambiente de intercambio entre ambos países.
Pekín también hizo hincapié en la actuación de grupos “derechistas” japoneses y en lo que describió como amenazas extremistas en redes sociales contra ciudadanos chinos. Al mismo tiempo, confirmó que el primer ministro Li Qiang no tiene intención de reunirse con Takaichi durante la cumbre del Cumbre del G20 Johannesburgo que se celebra esta semana en Sudáfrica.
El impacto de la disputa se extiende más allá del ámbito diplomático. Las autoridades chinas reportaron cerca de 491 000 cancelaciones de billetes hacia Japón desde el pasado sábado, mientras las agencias de viajes del país asiático suspendieron nuevas reservas. Aerolíneas brindan reembolsos y cambios gratuitos ante la incertidumbre. En el mercado bursátil de Tokio los efectos se sintieron en el sector minorista y turístico. Y en el terreno cultural, los estrenos de las películas japonesas Cells at Work y Crayon Shin‑chan The Burning Kasukabe Dancers en China quedaron aplazados mientras sus distribuidoras gestionan reembolsos tras recibir notificaciones oficiales.
El trasfondo histórico aporta una capa más de tensión este año se cumple el 80.º aniversario del final de la guerra en el Pacífico, y China ha usado dicho momento para reforzar su retórica sobre la ocupación nipona. Japón, por su parte, insiste en que cualquier disputa sobre Taiwán que se gobierna de manera autónoma desde 1949 debe resolverse de forma pacífica.
En medio de una atmósfera donde las maniobras militares se mezclan con reproches diplomáticos, filtraciones culturales y cambios en el turismo, la rivalidad entre Pekín y Tokio se extiende cada vez más allá de los canales tradicionales.
