La confianza es buena, pero ganar es mejor. Los Yankees de Nueva York llegan contra la pared en la Serie Divisional de la Liga Americana, después de caer en los dos primeros partidos ante los Azulejos de Toronto. Con la serie trasladándose al Bronx, el conjunto neoyorquino necesita una reacción inmediata para extender su temporada.
Según el portal especializado MLB.com, el dirigente Aaron Boone y sus jugadores mantienen la esperanza de repetir lo ocurrido en la Serie del Comodín frente a los Medias Rojas, cuando lograron avanzar tras estar al borde de la eliminación. Sin embargo, revertir la tendencia actual exigirá algo más que optimismo: el pitcheo y la ofensiva de Nueva York deberán despertar.
Las estadísticas lo dicen todo. En los primeros dos choques, el cuerpo monticular de los Yankees permitió 23 carreras, incluidos ocho cuadrangulares, mientras la ofensiva canadiense exhibió un asombroso OPS colectivo de 1.217. Los abridores Luis Gil y Max Fried fueron castigados duramente, y ahora la responsabilidad recae sobre el zurdo Carlos Rodón, quien abrirá el Juego 3 en el Yankee Stadium con la misión de frenar la sangría.
La ofensiva tampoco ha estado a la altura. Antes de un repunte tardío en el segundo encuentro, los bates neoyorquinos apenas habían producido una carrera en 11 entradas frente a los abridores Kevin Gausman y Trey Yesavage. Ahora deberán medirse al veterano Shane Bieber, un lanzador con experiencia en instancias decisivas. Para Boone, la consigna es simple: “Se trata de ganar hoy, y punto”.
Más allá de las cifras, los Yankees confían en el factor casa. Su récord de 50-31 en el Bronx durante la temporada regular, uno de los mejores en la Liga Americana, alimenta el optimismo de un club que sabe jugar bajo presión. “Este equipo nunca baja la cabeza”, aseguró Cody Bellinger, quien aporta la experiencia de seis postemporadas con los Dodgers y un anillo de Serie Mundial en 2020.
La historia, sin embargo, no favorece al conjunto neoyorquino. En las series al mejor de cinco con formato 2-2-1, los equipos que ganan los dos primeros juegos en casa avanzan el 91% de las veces. Pero si alguien sabe de remontadas, son los Yankees: en 2017 superaron esa misma desventaja frente a Cleveland. Aaron Judge, quien estuvo en aquel equipo, vuelve a ser la esperanza central para una posible gesta.
En el Yankee Stadium, el ambiente promete ser de pura intensidad. Boone confía en que un buen inicio de Rodón y un despertar de los bates cambien el rumbo. “Al final del día, se trata de estar preparados para ganar un partido”, insistió el dirigente.
La pregunta es si esta vez la confianza bastará para sostener el sueño.








