Santiago de los Caballeros sigue dando cátedra en materia de seguridad. El director de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, reveló que la “Ciudad Corazón” exhibe hoy la cifra más baja de su historia poco más de cinco homicidios por cada 100 mil habitantes, un nivel que coloca a la provincia muy por debajo de la media nacional y de buena parte de la región.
El anuncio lo ofreció el oficial al llegar a la VIII Reunión de Ministros de Seguridad Pública de las Américas (MISPA), que se celebra este 16 y 17 de julio en Santiago con eje en ciberseguridad y reforma policial un foro que convierte a la urbe cibaeña en epicentro del debate hemisférico sobre seguridad ciudadana.
Contexto nacional la brecha se agranda
Mientras Santiago rompe sus propios récords, el país cerró 2024 con una tasa de homicidios de 9.6 por 100 mil habitantes, la más baja en más de una década, según el balance de InSight Crime; la tendencia continúa en 2025 con un acumulado de 8.31 al 24 de junio. Ese contraste 5 versus casi 10 muestra la magnitud del avance local y plantea un reto evidente: replicar el modelo santiaguero en otras demarcaciones con índices aún elevados.
Radiografía de la estrategia
Guzmán Peralta atribuye el éxito a la transformación institucional en curso: despliegue de mapas de calor para patrullaje focalizado, revisión diaria de indicadores y logística a la medida de cada barrio. A eso se suma el nuevo modelo de patrullaje inteligente lanzado el mes pasado 230 agentes, cámaras corporales y cuadrantes definidos que busca estrechar la brecha entre policía y comunidad.
Infraestructura y modernización
Para sostener el impulso, la jefatura policial confirmó que los planos y el terreno del nuevo Palacio Policial de Santiago ya están listos; las obras arrancarían antes de que termine 2025. El edificio, largamente demandado por empresarios y organizaciones civiles, promete elevar la capacidad operativa en el Cibao y centralizar servicios hoy dispersos.
Lo que viene
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Estandarizar datos: el Observatorio de Seguridad Ciudadana prepara un módulo específico para monitorear el “efecto derrame” de la experiencia santiaguera en provincias vecinas.
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Extender MISPA: Interior y Policía prevé convertir parte de las conclusiones de la cumbre en hoja de ruta para la reforma policial 2025-2030.
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Obra civil: una vez adjudicada la licitación del Palacio Policial, el cronograma inicial apunta a una entrega en 18 meses, con financiamiento compartido entre el gobierno central y la alcaldía.
Mirada crítica
Expertos consultados advierten que mantener la tasa por debajo de cinco exige presupuesto sostenido, vigilancia de la cadena de justicia (fiscalía y tribunales) y mayor inversión social en los barrios periféricos. Sin esas piezas alertan los logros podrían diluirse cuando baje la atención mediática tras la MISPA.
Por ahora, Santiago se convierte en caso de estudio una provincia que combinó datos, presencia comunitaria y modernización para demostrar que la seguridad también se puede medir en buenas noticias, no solo en cifras rojas.








