La República Dominicana volvió a colocarse en el centro del debate cultural regional al asumir un rol protagónico en la más reciente reunión de alto nivel de la CECC/SICA, celebrada en Panamá. El encuentro sirvió de escenario para reafirmar prioridades comunes, revisar avances concretos y proyectar una agenda cultural con visión de futuro para Centroamérica y el Caribe.
Según informó Presidencia, el ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, destacó ante las delegaciones los compromisos del país con la protección del patrimonio vivo, la innovación cultural y la cooperación regional. En particular, subrayó los resultados del Consejo de Cultura y el impulso al Proyecto de Patrimonio Cultural Inmaterial Afrodescendiente, una iniciativa que busca reconocer, fortalecer y dar mayor visibilidad a una herencia histórica compartida que durante décadas fue relegada en las políticas públicas.
El planteamiento dominicano se apoyó en una idea central la cultura como eje de cohesión social. Salcedo insistió en que preservar tradiciones, saberes y expresiones comunitarias no es un ejercicio simbólico, sino una herramienta real para fortalecer identidad, memoria histórica y sentido de pertenencia en sociedades marcadas por la diversidad.
Uno de los puntos que generó mayor interés fue la referencia al uso responsable de la inteligencia artificial en el ámbito cultural. El ministro reconoció el acompañamiento técnico de la Unesco en este campo y llamó a construir marcos éticos claros que permitan aplicar la IA en la gestión del patrimonio, el desarrollo de las industrias creativas y la inclusión digital, sin comprometer derechos culturales ni la autenticidad de las expresiones artísticas. Este debate conecta con una tendencia global: organismos internacionales vienen alertando sobre la necesidad de regular la tecnología sin frenar la creatividad ni la innovación.
En esa misma línea, se recordó la celebración en el país del Primer Congreso Internacional de Innovación Cultural, que reunió a artistas, gestores, investigadores y tecnólogos para discutir creación digital, derechos culturales y nuevos modelos de producción. La experiencia dominicana fue presentada como un ejemplo de diálogo entre cultura y tecnología desde una perspectiva inclusiva.
El enfoque práctico también se reflejó en la exposición sobre gestión del riesgo y patrimonio cultural. Salcedo compartió el proceso desarrollado en la Ciudad Colonial de Santo Domingo para diseñar su Plan de Gestión de Riesgo de Desastres, un trabajo que combinó talleres metodológicos, estudios técnicos como el cálculo de capacidad de carga en museos y la participación activa de comunidades, autoridades locales e instituciones públicas. Entre los logros señalados figuran el fortalecimiento institucional, nuevas herramientas de planificación y avances en la actualización normativa del centro histórico.
En el plano internacional, la delegación dominicana respaldó el seguimiento regional a los acuerdos de Mondiacult 2025 y valoró la propuesta de Panamá, como presidencia pro tempore, de impulsar la cultura como objetivo prioritario dentro de la agenda global de desarrollo más allá de 2030, planteamiento que quedó recogido en la declaración final del encuentro.
Otro paso relevante fue la firma de una carta de entendimiento entre la CECC/SICA y la CEMAC, que abre una ruta de cooperación Sur–Sur entre Centroamérica, el Caribe y África Central en áreas culturales, educativas y patrimoniales. Este tipo de alianzas responde a una lógica cada vez más necesaria compartir experiencias entre regiones con desafíos históricos y sociales similares.
El cierre del encuentro marcó un hito para el país. Durante la sesión de clausura, la República Dominicana asumió la presidencia pro tempore del Consejo de Ministras y Ministros de Educación y de Cultura de la CECC/SICA, una responsabilidad que la coloca al frente de la agenda regional durante el próximo semestre. Desde esa posición, el reto será traducir los consensos en acciones concretas, con una integración cultural activa, inclusiva y orientada a resultados.
