El billete verde amanece este martes con referencias oficiales de RD$ 61.67 para la compra y RD$ 62.40 para la venta, según la tabla divulgada por el Departamento Internacional del Banco Central. Se trata de la cota más alta del mes y prolonga la apreciación vista desde inicios de agosto, cuando el tipo rondaba los RD$ 60.3–60.9.
Si se mira el recorrido reciente, la divisa escaló hasta un pico de RD$ 61.50 hacia el 15 de agosto y, aunque moderó el avance a RD$ 61.41 el día 18, la tendencia general sigue alcista. En la fotografía de los últimos seis meses, el dólar ha oscilado entre un mínimo de RD$ 58.63 (2 de mayo) y un máximo de RD$ 63.28 (1 de abril), con un promedio de RD$ 60.62, de acuerdo con datos de la plataforma Wise.
La autoridad monetaria refuerza la estabilidad con una tasa de política en 5.75 % anual, confirmada la semana pasada, al tiempo que la inflación interanual bajó a 3.40 % en julio, dentro del rango meta de 4 % ± 1. Ese cuadro de precios controlados da margen para que el peso absorba choques externos sin presiones excesivas sobre el tipo de cambio.
Otro amortiguador clave son las remesas: solo en julio ingresaron US$ 1,047.7 millones, un salto de 13.6 % interanual, lo que sigue engrosando la oferta de divisas en la plaza local. A esto se suma la buena temporada turística y la captación de inversión extranjera en zonas francas, factores que suavizan la demanda corporativa de dólares para importaciones.
En el plano internacional, el índice dólar repunta 0.3 % este martes ante la cautela de los mercados por la cumbre sobre Ucrania en Washington y la expectativa de señales desde Jackson Hole. Cuando el billete estadounidense gana terreno globalmente, suele trasladar algo de presión al peso, pero el diferencial de tasas y los colchones de reservas han limitado movimientos bruscos.
De cara al cierre de 2025, proyecciones privadas y oficiales apuntan a un tipo de cambio en torno a RD$ 62.3, lo que implicaría una depreciación acumulada inferior al 2 % en el año y muy por debajo de la media histórica. Siempre habrá ruido desde los precios del crudo hasta la política monetaria de la Fed, pero el consenso entre analistas es que el peso dominicano navega hoy un ciclo de relativa calma cambiaria, sostenido por fundamentos macro que lucen, al menos por ahora, bien anclados.








