El ambiente en el Centro de Convenciones de Utesa reunió a un empresariado atento, consciente de que el rumbo económico del país atraviesa un momento decisivo. La conferencia ofrecida por el ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, se convirtió en un llamado directo a sostener la confianza colectiva y a mirar el futuro con responsabilidad.
Aunque la intervención giró en torno a los desafíos heredados de los últimos años, el funcionario subrayó que la República Dominicana ha logrado preservar estabilidad macroeconómica, política y social en un entorno regional marcado por tensiones. Explicó que los fundamentos actuales como reservas externas sólidas, sectores dinámicos y resiliencia financiera han permitido amortiguar los golpes externos y mantener el ritmo de crecimiento.
A partir de ese punto, Díaz insistió en que el país se encuentra frente a una decisión histórica seguir escalando posiciones en competitividad o estancarse en la conocida “trampa del ingreso medio”. Para respaldar su planteamiento, mencionó avances recientes en pobreza monetaria, desempeño del tipo de cambio y riesgo-país, indicadores que organismos internacionales también han reconocido en informes recientes sobre la región caribeña.
El ministro dedicó un segmento importante a la necesidad de que el sector productivo respalde las medidas de administración tributaria dirigidas a cerrar brechas de evasión fiscal. Según explicó, herramientas como la factura electrónica, la trazabilidad y los regímenes de control han mejorado la eficiencia recaudatoria, incluso frente a resistencias iniciales. Su visión es que una estructura tributaria más moderna permitirá aumentar la inversión pública, atender compromisos institucionales y crear condiciones para que el país avance hacia la ansiada calificación de grado de inversión.
Al referirse a las perspectivas territoriales, destacó que las provincias del Cibao-Norte han mostrado un desempeño notable entre 2015 y 2024, creciendo en promedio por encima del resto del país. Para él, este dinamismo confirma que la diversificación productiva y la expansión de capacidades industriales pueden seguir impulsando la economía nacional si se mantienen políticas públicas coherentes y un diálogo constante con los sectores privados.
La actividad, celebrada en el marco del 40 aniversario del Almuerzo Anual de Airen, reafirmó el rol de este encuentro como espacio de intercambio estratégico entre líderes del sector público y empresarial. Luis José Bonilla Bojos, presidente de la asociación, recordó que el Cibao continúa dando señales claras de que la planificación y el trabajo conjunto transforman territorios. Su mensaje fue un respaldo explícito a seguir fortaleciendo alianzas y a preparar talento humano capaz de sostener el crecimiento regional.
El cierre del evento dejó una sensación compartida la economía dominicana tiene terreno para avanzar, pero ese camino requiere disciplina, consensos y una visión de Estado que trascienda coyunturas. Para muchos de los presentes, ese mensaje resonó como una invitación a participar activamente en el rumbo económico que definirá la próxima década.








