Un patrullaje rutinario terminó en golpe certero contra el trasiego de personas en la línea noroeste soldados de la 4.ª Brigada del Ejército detuvieron una KIA Seltos color vino, placa G528 566, en la calle Miguel Crespo de Mao, Valverde, con catorce ciudadanos haitianos a bordo ocho hombres y seis mujeres sin documentos válidos. El conductor, identificado como Eddy Luis Alberto Toribio Peña González, quedó arrestado de inmediato y será presentado ante el Ministerio Público para responder por presunto tráfico de migrantes.
De acuerdo con el parte militar, los extranjeros habían sido entregados al chofer en Loma de Cabrera por un individuo apodado “Danny”, pieza clave en una red que aprovecha trillos secundarios para evadir los controles fronterizos. Tras el operativo, tanto los migrantes como el vehículo fueron trasladados a la sede de la brigada y puestos a disposición de la Dirección General de Migración, donde se decidirá su repatriación.
Esta captura no es un hecho aislado. Datos oficiales divulgados esta semana revelan que, solo en el primer semestre de 2025, el Ejército dominicano detuvo 99 070 extranjeros en situación irregular casi el doble del mismo período del año pasado y confiscó 1 343 vehículos utilizados para mover indocumentados por carreteras secundarias y caminos vecinales. Durante ese mismo lapso, 382 personas fueron referidas a la justicia por tráfico de migrantes, reflejo de la creciente profesionalización de estas redes ilícitas.
Analistas de seguridad señalan que el corredor Loma de Cabrera-Mao se ha convertido en ruta preferida para el cruce clandestino: menos presencia de retenes que en Dajabón, buen estado del asfalto y conexiones rápidas hacia Santiago y el Cibao Central. Aun así, los operativos militares ahora apoyados con drones y cámaras termográficas están obligando a los traficantes a asumir mayores riesgos, como transportar grupos grandes en vehículos ligeros que llaman la atención.
En la práctica, los choferes capturados afrontan cargos que van desde asociación de malhechores hasta violación a la Ley 285-04 de Migración, con penas que pueden superar los cinco años de prisión y multas millonarias. No obstante, abogados penalistas advierten que muchos procesos naufragan por falta de pruebas que vinculen a los cabecillas, quienes rara vez viajan en los mismos vehículos.
Mientras el tribunal decide la suerte del conductor, los migrantes aguardan en un centro de retención a pocos kilómetros de la frontera. Organizaciones de derechos humanos insisten en la necesidad de protocolos más humanos sobre todo para mujeres y menores pero reconocen que la presión sobre las comunidades fronterizas va en aumento.
El caso de Mao confirma que el flujo no se detiene, pese al refuerzo militar y a la retórica política. Cada interdicción obliga a la red a moverse, pero el negocio sigue siendo lucrativo un viaje desde Haití hasta Santiago puede costar entre 150 y 250 dólares por persona, suma que multiplica ganancias cuando se movilizan grupos completos. Con más de 99 000 detenciones en seis meses, la pregunta es cuánto tiempo aguantarán las rutas antes de que los traficantes vuelvan a reinventarse.
