Con el inicio de un cierre parcial del gobierno federal de EE. UU. el 1 de octubre, algunos servicios de salud podrían sufrir interrupciones.
Dependencias como la FDA y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid operarán bajo planes de contingencia, con recursos limitados.
Se prevé que la telemedicina, los servicios de atención domiciliaria y los reembolsos a ambulancias puedan verse afectados, especialmente en zonas rurales.
Además, si las ayudas o subsidios del “Affordable Care Act” no se renuevan, millones de estadounidenses podrían enfrentar aumentos en primas de seguros y mayores costos de bolsillo.
El impacto será monitoreado de cerca, y se espera que algunas agencias clave continúen funcionando parcialmente para evitar crisis sanitarias mayores.








