Miles de estudiantes de distintas universidades italianas mantienen un creciente movimiento de protesta en solidaridad con la población de Gaza, tras la interceptación de la Flotilla Global Sumud por parte del Ejército israelí. Las movilizaciones se han extendido rápidamente en ciudades como Roma, Milán, Bolonia, Florencia y Turín, con ocupaciones de facultades, marchas y llamados a huelga.
Según la agencia EFE, los universitarios de la Estatal de Milán fueron los últimos en ocupar su campus, en respuesta directa a la detención de las tripulaciones de la flotilla que intentaba llevar ayuda humanitaria a la Franja. Los estudiantes anunciaron que se unirán a una huelga nacional impulsada por sindicatos, declarando que “si tocaban la flotilla, lo habríamos bloqueado todo”.
En Roma, la Facultad de Letras de la Universidad La Sapienza amaneció con accesos bloqueados y aulas vacías, mientras la organización estudiantil Cambiare Rotta convocaba asambleas bajo la consigna de “bloquear las universidades” en solidaridad con Palestina. En otras ciudades, como Turín, Bolonia o Florencia, se repitieron las ocupaciones y concentraciones, con pancartas que advierten: “Si bloquean la Flotilla, bloquearemos todo”.
Las redes sociales han amplificado las protestas, con vídeos e imágenes difundidas por agrupaciones como Oposición Estudiantil Alternativa y asociaciones locales de Padua y Nápoles, que documentan marchas, piquetes y asambleas abiertas. En Bolonia, las tensiones fueron más visibles: la policía intervino en el centro de la ciudad tras enfrentamientos que incluyeron lanzamiento de huevos y bombas de humo.
Las movilizaciones no se limitan al ámbito universitario. En colegios secundarios de Roma, como el Instituto Morgagni, se han realizado asambleas especiales, mientras que para esta tarde se espera una marcha al Coliseo, símbolo histórico que los estudiantes pretenden usar como escenario de protesta.
El movimiento estudiantil en Italia ha retomado así un papel protagonista en la denuncia de la situación en Gaza, con acciones coordinadas que buscan visibilidad internacional. Estas manifestaciones se suman a un clima de creciente presión social en Europa, donde sectores académicos y juveniles reclaman el cese de la violencia en Medio Oriente y demandan que sus gobiernos adopten una postura más activa en defensa de los derechos humanos.