La principal voz empresarial de Venezuela volvió a poner sobre la mesa la urgencia de reconectar a Caracas con Santo Domingo. Adán Celis, presidente de Fedecámaras, afirmó que “el comercio reactiva los países” y que mantener cerrada la ruta aérea limita negocios, inversiones y hasta la naciente oferta de turismo de salud entre ambas naciones.
Según reseña el portal turístico Arecoa, Celis recordó que el gremio ya intercedió con éxito para que Panamá volviera a tener vuelos y ahora apuesta a un puente similar con la República Dominicana, convicción que dijo comparten sectores privados a ambos lados del Caribe.
La petición llega en medio de un pulso diplomático que mantiene suspendidas las operaciones directas desde el 31 de julio de 2024, cuando Caracas clausuró la conexión tras las críticas internacionales a la reelección de Nicolás Maduro. La Junta de Aviación Civil dominicana insiste en que la reapertura “se evaluará con responsabilidad” y, mientras tanto, “las operaciones siguen suspendidas”.
El cierre ha pasado factura. Datos del Banco Central citados por el medio Altanto revelan que la llegada de viajeros venezolanos cayó 40 % en 2024 (34,579 visitantes) y se desplomó 66 % frente a 2019, con la consiguiente pérdida de divisas para hoteles, clínicas y comercios dominicanos. Un estudio del sector turismo calcula que volver a volar podría inyectar hasta US$86 millones anuales en gasto de viajeros, reanimando cadenas de valor que van desde los touroperadores hasta los taxistas de Las Américas.
El precedente de Panamá refuerza el argumento. Copa Airlines retomó su vuelo diario a Caracas el 27 de mayo de 2025 y ya anunció una segunda frecuencia, demostrando que la demanda existe y que los temores de seguridad se pueden manejar bajo protocolos internacionales.
De hecho, las aerolíneas venezolanas aseguran estar listas Conviasa programó tres frecuencias semanales Porlamar-Santo Domingo para junio, mientras Avior y Laser trabajan en permisos de slots, y Sky High mantiene la ruta vía Curazao. El propio Maduro declaró que “la pelota está del lado del Gobierno dominicano”, subrayando la presión política por retomar el puente aéreo.
Para Fedecámaras, no se trata solo de boletos sino de competitividad regional. Un paciente dominicano que hoy vuela a Bogotá para una cirugía de bajo costo podría hacerlo en Caracas con menos de dos horas de vuelo y sin escalas; un exportador de cacao de Barlovento tendría en el puerto de Haina su puerta al mercado centroamericano. “Hay que abrir vías, no cerrarlas”, insistió Celis, recordando que cada semana sin conexión directa encarece el pasaje y posterga inversiones.
En otras palabras, mientras la política sopesa riesgos, la economía y miles de familias binacionales siguen esperando que se quite el candado del cielo caribeño y que los aviones vuelvan a despegar “pa’ lante”, como dicen en el barrio.