Los fondos de inversión se erigen hoy como protagonistas del impulso turístico en República Dominicana, canalizando más de 69 000 millones de pesos hacia el sector de hospedaje y servicios turísticos.
Según un informe publicado por arecoa, esta cifra representa una participación clave dentro del total de aproximadamente 430 000 millones de pesos que los fondos han invertido en la economía nacional. En este contexto, Asociación Dominicana de Sociedades Administradoras de Fondos de Inversión (Adosafi), bajo la dirección de Santiago Sicard, revela cómo estas inyecciones de capital están transformando polos turísticos emergentes.
Sicard detalla que la inversión ha generado cerca de 11 750 habitaciones hoteleras, divididas en tres fases unas 3 600 ya en operación, 3 000 en desarrollo y 6 000 más en proceso de financiamiento. Este dato marca un cambio de escala respecto al financiamiento tradicional en el turismo dominicano.
La clave, según el representante de Adosafi, radica en la flexibilidad que ofrecen estos fondos: plazos ajustados, condiciones adaptadas y una gestión de riesgo que permite al empresario turístico estructurar proyectos a su medida. En el foro empresarial Foro Empresarial The Mag 2025, celebrado en Punta Cana, Sicard subrayó que «los fondos de inversión han comenzado a tener un papel preponderante. no solo por el volumen de inversión, sino por su capacidad de estructurar financiamientos adaptados a las necesidades reales de los proyectos.
El impacto no es solo en camas la inyección de capital moviliza empleos directos e indirectos y alimenta la cadena de servicios turísticos en regiones menos tradicionales que hasta hace poco luchaban por atraer desarrollo.
Durante el panel Fondos de inversión turísticos: cómo conectar capital con proyectos reales, moderado por Enrique de Marchena Kaluche y con participación de Célio Mercedes (División de Negocios en Pioneer Investment Funds) y Carlos Ruis (Director de Inversiones en Advanced Asset Management), se debatió la irrupción de estos instrumentos financieros en el desarrollo hotelero, inmobiliario e infraestructural del país.
Este nuevo capítulo del turismo dominicano marca la transición hacia una estrategia impulsada por capital institucional, donde la rentabilidad se alinea con sostenibilidad, empleo y diversificación regional. Los fondos ya no solo aportan dinero diseñan el andamiaje de proyectos, toman riesgos, y habilitan la escalabilidad de destinos que antes permanecían marginados. Con ello, República Dominicana entra en una fase donde financiar no solo es poner dinero, sino diseñar futuros.
