La actriz peruana Francisca Aronsson quedó en el centro de la polémica luego de compartir comentarios en contra de la plataforma OnlyFans y de quienes generan ingresos a través de redes sociales. Sus palabras, calificando esta actividad como “denigrante” y afirmando que “no todas las profesiones se tienen que respetar”, encendieron un amplio debate sobre el valor y reconocimiento de diferentes formas de trabajo.
Según publicó Infobae, la controversia comenzó cuando Aronsson expresó en sus redes sociales que no saldría con alguien que tuviera una cuenta en OnlyFans. “Me da risa que la gente diga nueva funa, pero ustedes pónganse en mi lugar, ¿ustedes saldrían con una persona que tendría OnlyFans?”, escribió la actriz, reafirmando su rechazo a este tipo de actividades digitales.
La joven, que cuenta con 19 años, insistió además en que tampoco podría enamorarse de alguien cuya principal ocupación fuera crear contenido en TikTok. Estas declaraciones fueron vistas por muchos como un gesto de desprecio hacia quienes optan por usar plataformas digitales como fuente de sustento económico.
El tema fue analizado en el programa de YouTube Ouke, conducido por Carlos Orozco, quien señaló que Aronsson aún está en proceso de aprender a manejar su exposición pública Es una mocosa, habla como vieja, pero al final es una wawa que está aprendiendo, comentó el presentador. Por su parte, la periodista Macla Yamada destacó que la actriz todavía se encuentra en pleno desarrollo personal y profesional, por lo que enfrentará más procesos de aprendizaje.
La controversia se intensificó debido a la comparación con Marina Gold, actriz de cine para adultos que ha logrado gran simpatía en el público peruano. En este sentido, Orozco opinó que la reacción contra Aronsson también se debe al afecto que muchos seguidores sienten por Gold, quien ha defendido abiertamente su trabajo. Si el público peruano tiene que elegir un bando entre la trabajadora sexual y la blanca prepotente, el peruano va a defender al trabajador sexual, expresó.
Más allá de las posturas individuales, el caso reaviva la discusión sobre los prejuicios sociales hacia determinadas ocupaciones y la forma en que la juventud enfrenta la presión de la exposición mediática en tiempos de redes sociales.








