Golpe de autoridad en patio ajeno Yankees silencian a los Rays 1‑0 y extienden su racha ganadora

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TAMPA, Fla.  Ni el escenario improvisado ni la brisa húmeda de la Bahía de Tampa pudieron frenar el empuje de los líderes del Este. Los Yankees vencieron anoche 1‑0 a los Rays en el George M. Steinbrenner Field, hilvanando su quinta victoria al hilo y dejando a la tropa local con la pólvora mojada.

Según la agencia AP, el único daño se produjo temprano: un sencillo de bate roto de Trent Grisham en el segundo inning que trajo desde la intermedia al veterano Paul Goldschmidt. El inicialista, recién llegado al Bronx, aportó tres de los cinco imparables de Nueva York y luego se lució con el guante, evitando que el juego tomara otro rumbo.​
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La peculiaridad del choque es que se disputó en la que, por años, ha sido la sede de pretemporada de los propios Yankees. Tras los severos daños que dejó el huracán Milton en el Tropicana Field, Tampa Bay mudó temporalmente su casa a este parque, lo que obliga al club a vivir como nómada mientras avanzan las reparaciones.​
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Carlos Rodón se encargó de convertir aquel batazo tempranero en sentencia. El zurdo dominó durante seis entradas, toleró apenas dos hits y ponchó a nueve, su tope del año. Fue la primera vez en la campaña que completó el sexto sin permitir carrera, un alivio tras tres aperturas tambaleantes.​
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“Hoy me sentí suelto; el slider por fin cayó donde quería”, comentó Rodón, quien se apoyó en un fildeo sin fisuras de Anthony Volpe y compañía.

Del séptimo en adelante, Mark Leiter Jr. y Fernando Cruz controlaron la amenaza, y Luke Weaver cerró perfecto para su segundo rescate. Entre los tres necesitaron solo 34 pitcheos para sellar la blanqueada.

Tampa Bay, por su lado, se disparó al pie en dos ocasiones. El mexicano Jonathan Aranda abrió el séptimo con un cohete que pegó contra la pared central, pero se embriagó de ambición y fue atrapado entre segundo y tercero. Un capítulo antes, el panameño José Caballero había arrancado con doble y, tras avanzar a la antesala, murió en un tira y jarete al primer amague del cuadro adelantado. Detalles que, en duelos de margen mínimo, cuestan el juego.

La victoria tiene sabor histórico: es la primera vez que los Bombarderos ganan 1‑0 desde el 24 de junio de 2003, frente a Texas.​
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De paso, mejoran su marca a 13‑5, la mejor de la Liga Americana, y se mantienen dos juegos por delante de Baltimore.

Más allá del box score
Profundidad del lineup. Goldschmidt (.351) ha sido bálsamo para un lineup que ya contaba con Aaron Judge y Cody Bellinger. Con él, el OPS colectivo de los Yankees frente a zurdos subió de .716 a .803 en apenas tres semanas.

Brazos encendidos. En la racha actual, el cuerpo de lanzadores presume efectividad de 1.62 y promedia 10.7 ponches por nueve entradas.

La realidad de los Rays. Tampa Bay ha perdido siete de sus últimos nueve y aún se adapta a un estadio que, aunque remozado, no es su hogar natural. Apenas promedian 2.4 carreras desde que se mudaron a Steinbrenner Field.

Lo que viene

El duelo de este sábado promete morbo: Carlos Carrasco (1‑1, 3.86) se mide al prospecto Shane Baz (0‑0, 2.25), quien hará su primera apertura grande tras la cirugía Tommy John. Para los Yankees, mantener el buen paso es vital antes de regresar al Bronx para una serie clave contra Baltimore.

Con defensa ajustada, pitcheo dominante y la veteranía de Goldschmidt respirando en el medio del orden, los Mulos siguen marcando territorio. Y, visto lo visto, ni un cambio de escenario los saca del carril.

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