La emoción que se respiraba en el salón multiusos de Itesmarena decía mucho más que cualquier discurso. Setenta y siete jóvenes, luego de años de estudio y esfuerzo, asumieron públicamente su compromiso de servir al país desde la protección y el manejo responsable de sus recursos naturales, un reto que la República Dominicana siente cada día con mayor urgencia.
Según la Presidencia, la investidura marcó un nuevo impulso para el sector ambiental al sumar técnicos formados en áreas críticas para el desarrollo sostenible. La ceremonia reunió a autoridades, familias y aliados educativos, creando un ambiente que resaltó tanto el orgullo institucional como la necesidad creciente de profesionales capaces de enfrentar los desafíos climáticos actuales.
El ministro de Medio Ambiente, Paíno Henríquez, destacó que estos graduandos llegan en un momento decisivo, cuando la gestión ambiental demanda mayor rigor técnico y presencia en el territorio. En sus palabras, estos jóvenes se integran como “agentes de cambio” llamados a fortalecer la conservación de ecosistemas, la vigilancia del cumplimiento de la normativa ambiental y la promoción de prácticas más responsables en comunidades y sectores productivos.
El rector José Santiago Vázquez Guerra también subrayó la magnitud del paso que da esta nueva cohorte. Recordó que el país enfrenta efectos cada vez más visibles del cambio climático, desde temporadas ciclónicas más intensas hasta la presión constante sobre cuencas hidrográficas y bosques. En ese contexto, afirmó que la preparación académica de los técnicos adquiere un valor estratégico, pues combina investigación, prácticas de campo y formación ética para responder con criterios modernos a los retos ambientales.
Durante el acto se otorgaron 39 títulos en Ciencias Forestales y 38 en Gestión Ambiental. La composición de la cohorte refleja una tendencia internacional: el fortalecimiento de carreras técnicas que permitan actuar con rapidez y precisión ante fenómenos ambientales que avanzan más rápido que las soluciones institucionales. Organismos multilaterales como el PNUD han insistido en que la región del Caribe requiere profesionales con esta especialización para reducir vulnerabilidades y mejorar la capacidad de respuesta frente a eventos extremos.
La ceremonia también sirvió para reconocer a estudiantes y docentes destacados. Entre ellos sobresalió Claudio Enrique Javier Rodríguez, graduado Summa Cum Laude en Gestión Ambiental, quien agradeció la guía recibida y resaltó que la formación en Itesmarena les enseñó a trabajar con rigor y responsabilidad, dos cualidades que según dijo deben acompañar toda labor vinculada al manejo de los recursos naturales.
Representantes del Mescyt, instituciones educativas y organizaciones aliadas como Amigos de República Dominicana y Fondo Quisqueya respaldaron el acto, aportando becas y acompañamiento técnico. Su presencia subrayó la idea de que la educación ambiental no es solo un compromiso estatal, sino un esfuerzo conjunto que abarca sectores públicos, privados y comunitarios.
Con esta graduación, el Ministerio de Medio Ambiente refuerza su apuesta por un modelo de formación técnica que responda a las necesidades actuales del país. Los nuevos técnicos salen con la misión de proteger territorios, aportar soluciones y fortalecer una cultura de sostenibilidad que no puede esperar. Y aunque el futuro ambiental de la República Dominicana enfrenta desafíos complejos, celebraciones como esta recuerdan que también tiene una generación decidida a enfrentarlos.








