Gusano barrenador en Centroamérica alerta sanitaria y riesgo para humanos

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La expansión del gusano barrenador del ganado mantiene en vilo a Centroamérica y México. Después de décadas bajo control, la enfermedad parasitaria conocida como miasis se ha desbordado en la región, afectando tanto a la ganadería como a la salud humana. Los reportes oficiales hablan de miles de animales infectados y centenares de personas con casos confirmados en lo que va del 2025.

Según informó la agencia EFE, investigadores en parasitología destacan que el Cochliomyia hominivorax, también llamado gusano barrenador del Nuevo Mundo, representa un desafío sanitario mayor al no existir vacunas ni tratamientos farmacológicos específicos. La única respuesta eficaz consiste en la extracción inmediata de las larvas y el control de los brotes en animales.

El insecto deposita sus huevos en heridas abiertas o en mucosas de los hospedadores. En cuestión de horas, las larvas comienzan a alimentarse de tejidos vivos, lo que genera dolor, infecciones secundarias y, en casos graves, riesgo de septicemia. Aunque la mayoría de los episodios se concentran en vacas y otros animales de granja, también se han documentado contagios en humanos, incluidos viajeros que retornaron a países libres de la enfermedad.

Las cifras son preocupantes. Desde 2022, Panamá ha acumulado casi 50,000 casos en ganado y más de 160 en personas. En lo que va del 2025, Honduras encabeza la lista con 166 casos humanos, seguido por Nicaragua (117), Costa Rica (69), México (41), El Salvador (3) y Belice (1). Además del impacto en la salud, las pérdidas económicas son considerables: solo México estima 30 millones de dólares mensuales por el cierre temporal de exportaciones de ganado vivo hacia Estados Unidos.

Los países afectados, con apoyo de organismos internacionales, han recurrido a un método innovador la liberación masiva de moscas macho esterilizadas. México, por ejemplo, habilitó junto a Estados Unidos una planta en Chiapas con capacidad para producir hasta 100 millones de estos insectos por semana, con el objetivo de reducir la población y frenar la plaga.

Aunque en Europa la amenaza se considera remota por las estrictas medidas de control y el menor intercambio de ganado con la región afectada, los expertos insisten en que la enfermedad está estrechamente vinculada a la pobreza, la falta de higiene y las carencias sanitarias. La alerta sanitaria trasciende la ganadería: refleja cómo la salud animal, ambiental y humana están interconectadas, y por qué atender este brote es también una cuestión de justicia social.

Penelope Herrera
Penelope Herrera
Periodista digital con más de 4 años de experiencia en medios de comunicación. Secretaria Ejecutiva en empresa de desarrollo web y publicidad digital.

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