El huracán Melissa perdió fuerza al desplazarse por el Atlántico occidental, luego de dejar una estela de destrucción en el Caribe. Este miércoles, el fenómeno se redujo a categoría 1 mientras avanzaba sobre el territorio de las Bahamas, donde aún mantiene condiciones de peligro por fuertes lluvias y vientos sostenidos.
De acuerdo con la agencia EFE, el Centro Nacional de Huracanes (CNH) confirmó que Melissa conserva vientos entre 120 y 140 kilómetros por hora, lo que sigue representando una amenaza considerable para las comunidades costeras. Las autoridades bahameñas mantienen activas las alertas de huracán y tormenta tropical en zonas del norte, incluyendo Nueva Providencia y Gran Bahama, donde ya se reportan inundaciones, interrupciones eléctricas y daños en viviendas.
En Jamaica, la situación continúa siendo crítica tras el paso del ciclón con categoría 5 a inicios de la semana. Las brigadas de rescate trabajan en la búsqueda de desaparecidos y en la evaluación de los daños en infraestructura, mientras el gobierno agradece la llegada de ayuda internacional. El primer ministro advirtió que el proceso de reconstrucción podría extenderse por meses, especialmente en las regiones más golpeadas por los vientos de más de 250 kilómetros por hora.
Meteorólogos consultados destacan que la temporada ciclónica del Atlántico 2025 ha sido particularmente activa debido al aumento de la temperatura del mar, un factor que potencia la formación y la intensidad de los huracanes. Según el CNH, Melissa podría continuar debilitándose a medida que se interna en aguas más frías, aunque las lluvias torrenciales podrían extenderse hasta el fin de semana en zonas del norte del Caribe.
En las Bahamas, equipos de emergencia permanecen desplegados para asistir a las comunidades afectadas. Las autoridades piden a la población mantener la precaución, especialmente ante el riesgo de crecidas súbitas y deslizamientos de tierra en áreas montañosas.
