Santo Domingo. Un operativo combinado de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y el Ministerio Público frustró esta semana la salida de 2,751 pastillas de presunto éxtasis, camufladas dentro de una bocina inalámbrica y varios juguetes en un depósito de envíos internacionales del Distrito Nacional. Los investigadores informaron que el paquete había sido despachado por un remitente del Ensanche Quisqueya y tenía como destino Augustine Terrace, Trinidad y Tobago.
Aunque el alijo pueda parecer “menor” frente a los cargamentos de cocaína que con frecuencia ocupan los titulares, las propias estadísticas de la DNCD revelan que, solo en abril y mayo, las autoridades decomisaron más de 582 mil gramos de distintas sustancias, incluidas casi quinientas tabletas de MDMA; tendencia que enciende las alarmas por el avance de las drogas sintéticas en el mercado local .
Los agentes encontraron dos paquetes envueltos en papel lumínico dentro de la bocina. El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) lleva a cabo los análisis para confirmar composición y pureza, mientras se rastrea la posible conexión de la mercancía con redes que usan la ruta Caribe–Europa para mover este tipo de estimulantes de alto valor.
El fenómeno no es aislado. El Informe Mundial sobre Drogas 2024 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito advierte que el Caribe se consolida como enclave logístico para sustancias de laboratorio debido a su posición geográfica y la creciente disponibilidad de precursores químicos. En paralelo, la producción global de MDMA volvió a repuntar tras la pandemia, empujando a las organizaciones criminales a diversificar métodos de ocultamiento, desde envíos exprés hasta paquetería regular, tal como ocurrió en este caso.
Fuentes de inteligencia consultadas explican que la elección de un destinatario en Trinidad y Tobago responde a la relativa cercanía con puertos de transbordo hacia Europa y a controles menos robustos en ciertos muelles interinsulares. La DNCD ya solicitó colaboración a las autoridades trinitarias para identificar a la persona que debía recibir la caja y trazar el resto de la cadena.
Expertos en criminología señalan que la aparición de pastillas multicolor y con logotipos llamativos característica propia del éxtasis de “nueva ola” aumenta el riesgo para jóvenes consumidores locales, atraídos por su bajo precio y la falsa percepción de seguridad. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud ha reiterado que estas píldoras suelen mezclar MDMA con metanfetaminas o ketamina, elevando el peligro de sobredosis.
Mientras tanto, el Ministerio Público confirmó que mantiene la investigación abierta y que no descarta nuevas redadas en empresas de mensajería. La DNCD recordó a la población que puede denunciar actividades sospechosas de forma anónima a través de la línea 809-688-4400 y reiteró su compromiso de reforzar los filtros en aeropuertos y puertos de carga.
El caso vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de fortalecer los controles en la “última milla” de la cadena logística y de robustecer la cooperación regional para cortar el flujo de precursores que alimenta la industria de las drogas sintéticas. Solo así, advierten los especialistas, se podrá prevenir que un simple paquete marcado como “bocina bluetooth” o “juguetes para niños” termine, en realidad, encendiendo la noche con píldoras que ponen en riesgo la salud y la seguridad de toda la región.