El empuje a la infraestructura educativa volvió a sentirse con fuerza en la Línea Noroeste, donde varias obras escolares avanzan contra el reloj para responder a una demanda histórica de aulas dignas y espacios seguros para la enseñanza.
Según informó la Presidencia, la Dirección de Infraestructura Escolar (DIE) mantiene un ritmo sostenido en la construcción de nuevos planteles y en la ejecución del programa “Navidad en las Aulas 24/7”, una iniciativa que aprovecha el receso navideño para intervenir centros educativos sin afectar el calendario escolar. El director de la entidad, Roberto Herrera, encabezó un recorrido de supervisión por las provincias Santiago Rodríguez y Dajabón como parte de ese seguimiento.
La meta trazada es clara: incorporar 2,000 nuevas aulas al sistema educativo nacional antes de que finalice diciembre, un objetivo que apunta a reducir el déficit de espacios y mejorar las condiciones físicas en las que aprenden miles de estudiantes. Herrera explicó que las visitas buscan garantizar no solo rapidez en la ejecución, sino también estándares de calidad en escuelas, politécnicos, estancias infantiles y techados deportivos.
El programa “Navidad en las Aulas 24/7” se ha convertido en una pieza clave de esa estrategia. A nivel nacional, unas 250 escuelas están siendo sometidas a mantenimiento correctivo durante las vacaciones, una ventana de tiempo que permite resolver problemas estructurales, eléctricos y sanitarios que suelen arrastrarse durante el año escolar.
En Villa Los Almácigos, provincia Santiago Rodríguez, las autoridades constataron avances en el Liceo Carlos González Núñez, donde ya fue concluido el techado y se ejecuta una ampliación. También se reactivaron trabajos en el Liceo Pedro Henríquez Ureña y en una estancia infantil de la zona, ambos intervenidos para su pronta terminación.
El recorrido continuó en Dajabón, con inspecciones a obras en el Instituto Tecnológico San Ignacio de Loyola (Itesil), la Escuela Básica Nordeste, el Centro de Educación Especial, la Escuela Madre Gertrudis Castañer, la Francisco Ureña Canela y la Escuela Primaria Hipólito Billini, esta última en proceso de reubicación debido a su cercanía con un cementerio, una situación que por años generó preocupación en la comunidad.
Más allá del cemento y los bloques, estas intervenciones tienen un impacto directo en la vida cotidiana de estudiantes y docentes del Noroeste, una región donde la infraestructura educativa ha sido una de las principales brechas. La presencia de autoridades educativas, representantes de distritos escolares, líderes comunitarios y organizaciones como la ADP durante la supervisión refleja el interés de que las obras no se queden solo en promesas, sino que se traduzcan en aulas funcionales y seguras en el menor tiempo posible.







