La investigación preventiva que mantenía en vilo al escenario político portugués llegó a su fin este miércoles. El Ministerio Público decidió archivar el proceso abierto contra el primer ministro Luís Montenegro, una indagatoria que giraba en torno a la empresa familiar Spinumviva y que, meses atrás, detonó una crisis de gobernabilidad en el país.
Según informó la agencia EFE, el Departamento Central de Investigación y Acción Penal concluyó que no existen indicios de delitos relacionados con la recepción u ofrecimiento de ventajas indebidas. Tras revisar la información recopilada, los fiscales determinaron que los hechos analizados no sustentan la apertura de un proceso penal.
El caso había ganado notoriedad pública en febrero, cuando salió a la luz la existencia de Spinumviva y se desató una fuerte presión política sobre el entonces Gobierno. La controversia terminó provocando la caída del Ejecutivo anterior y abrió un debate intenso sobre la ética en la gestión pública y los vínculos empresariales de altos cargos del Estado.
Aunque el archivo del expediente despeja el camino judicial para Montenegro, el episodio deja huellas en el plano político. En Portugal, como en buena parte de Europa, la transparencia y los posibles conflictos de interés se han convertido en temas especialmente sensibles, con una ciudadanía cada vez más vigilante frente a la conducta de sus dirigentes.
Ahora, el primer ministro enfrenta el reto de recomponer la confianza y retomar la agenda de gobierno en un contexto marcado por la polarización y la presión mediática. El cierre de la investigación no borra la tormenta vivida, pero sí redefine el tablero en el que se moverá la política portuguesa en los próximos meses.








