Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron este domingo la ejecución de un ataque aéreo en Saná, capital de Yemen, que tuvo como blanco el palacio presidencial y varias infraestructuras consideradas estratégicas por su vínculo con la actividad militar de los hutíes.
Según reportó la agencia Reuters, el ejército israelí explicó que la operación incluyó el impacto contra las centrales eléctricas de Asar y Hizaz, además de un centro de almacenamiento de combustible. El comunicado oficial asegura que estos lugares eran utilizados como soporte logístico de los hutíes, quienes han incrementado sus ataques contra Israel desde el inicio de la guerra en Gaza.
Aunque el gobierno hutí aún no ha confirmado el alcance de los daños, medios internacionales destacan que los bombardeos provocaron fuertes detonaciones en la capital yemení, en una acción que eleva el nivel de confrontación al golpear directamente un símbolo del poder político del país. Testigos citados por agencias internacionales mencionaron que al menos dos personas fallecieron y otras cinco resultaron heridas.
Los hutíes, aliados de Irán, se han convertido en un actor regional de peso desde que intensificaron sus ataques con misiles y drones hacia Israel y el mar Rojo. El impacto de estas ofensivas ha desatado una respuesta cada vez más contundente de Tel Aviv, que busca limitar su capacidad militar en un escenario donde los frentes de conflicto se multiplican.
Analistas señalan que el ataque contra el palacio presidencial de Saná no solo tiene un valor militar, sino también simbólico, al enviar un mensaje de presión sobre el liderazgo hutí. Sin embargo, organizaciones internacionales advierten que las acciones bélicas contra infraestructura eléctrica y de combustible podrían agravar la crisis humanitaria en Yemen, país que ya enfrenta más de una década de guerra civil y uno de los peores colapsos económicos de la región.








