La tensión en el Mediterráneo vuelve a aumentar. En las próximas horas, aviones israelíes y buques de la Armada se alistan para interceptar a la Flotilla Global Sumud, una misión internacional que transporta suministros con destino a la Franja de Gaza.
Según informó la agencia EFE, citando a la radio pública israelí Kan, las fuerzas navales planean detener a los más de 500 activistas que viajan a bordo de unos 40 barcos. La operación incluye trasladarlos al puerto de Asdod, donde serían interrogados y posteriormente deportados, tal como ha ocurrido en ocasiones anteriores.
Las autoridades militares consideran inviable remolcar todas las embarcaciones. En consecuencia, algunos de los barcos podrían ser hundidos en alta mar, una medida que ha encendido las alarmas dentro de la propia flotilla. Los organizadores advierten que ya se encuentran a unas 200 millas náuticas de la costa de Gaza, lo que los coloca en una zona catalogada como “de alto riesgo”.
La misión marítima transporta principalmente medicinas, alimentos secos y material escolar. Los activistas sostienen que su objetivo es romper el bloqueo impuesto a Gaza y entregar ayuda humanitaria de forma directa. La iniciativa se inscribe dentro de la llamada Flotilla de la Libertad, que en la última década ha impulsado múltiples intentos similares, incluyendo el recordado episodio del 2010, cuando el asalto israelí al buque Mavi Marmara dejó diez muertos.
La Flotilla Global Sumud zarpó a inicios de septiembre desde las costas de España y, en su trayecto, fue sumando barcos provenientes de Túnez, Italia y Grecia. De esa manera, se convirtió en la misión más amplia de este tipo organizada hasta ahora.
Más allá de la respuesta militar prevista por Israel, el desenlace de esta travesía marcará un nuevo capítulo en la disputa sobre el acceso marítimo a Gaza, donde más de dos millones de palestinos viven bajo un bloqueo que organismos internacionales describen como insostenible.








