La cadena ABC anunció que este martes retomará la transmisión del programa nocturno de Jimmy Kimmel, suspendido la semana pasada después de que el comediante hiciera comentarios polémicos sobre Charlie Kirk, el activista ultraconservador asesinado el pasado 10 de septiembre.
Según informó la agencia EFE, la decisión fue tomada tras varias conversaciones entre la cadena y su empresa matriz, Disney, que optó inicialmente por suspender el espacio “para evitar agravar aún más” el clima de tensión en Estados Unidos luego del asesinato de Kirk. Un portavoz explicó que, tras un diálogo con Kimmel, se decidió reincorporar el programa a la parrilla regular.
La medida original desató un fuerte debate en torno a la libertad de expresión y al papel de los medios de comunicación. Más de 400 artistas, junto con la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), firmaron una carta abierta en defensa del presentador y en rechazo a lo que calificaron como un intento de silenciar voces críticas. Incluso figuras del Partido Republicano, como el senador Ted Cruz, consideraron que la suspensión representaba un riesgo para los principios de la Primera Enmienda.
La controversia escaló aún más cuando el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, sugirió la posibilidad de que el Gobierno tomara medidas contra las estaciones afiliadas que transmitían el programa. Aunque la Casa Blanca negó cualquier participación en la decisión de ABC, el presidente Donald Trump celebró públicamente la suspensión y amenazó con retirar licencias a medios que, según él, “atenten en su contra”.
El retorno de Jimmy Kimmel marca un capítulo relevante en la discusión sobre los límites del humor político y la presión que enfrentan las cadenas de televisión en un ambiente polarizado. El caso también reaviva la pregunta sobre hasta dónde llega la responsabilidad de los medios al equilibrar la sensibilidad social con la protección a la libre expresión.








