El poder dominicano volvió a encenderse en el T-Mobile Park. Jorge Polanco fue el gran protagonista de la noche al conectar dos jonrones solitarios que guiaron a los Marineros de Seattle a una ajustada victoria 3-2 sobre los Tigres de Detroit, igualando la Serie Divisional de la Liga Americana a un triunfo por bando.
Según reportó MLB, el veterano infielder vivió una jornada consagratoria en su temporada de resurgimiento. Polanco, que había lidiado con lesiones en los últimos años, se ha convertido en el motor silencioso de un equipo joven y ambicioso, capaz de responder en los momentos de mayor presión.
Los batazos del dominicano llegaron ante el as Tarik Skubal, uno de los favoritos al premio Cy Young del 2025. Sus cuadrangulares no solo rompieron el dominio del abridor zurdo, sino que marcaron la diferencia en un duelo donde cada carrera valía oro. “Jorge nos dio el impulso que necesitábamos desde temprano”, declaró el mánager Dan Wilson al término del juego. “Su trabajo y disciplina se reflejan en noches como esta”.
Un regreso a su mejor nivel
El camino de Polanco ha sido una historia de redención. Después de años afectados por lesiones, el jugador de 31 años encontró nuevamente su ritmo en Seattle, donde se ha consolidado como una pieza clave del corazón ofensivo. Su liderazgo ha sido evidente, no solo por los batazos, sino por la serenidad que transmite al grupo. “Solo trato de disfrutar el momento y ayudar al equipo a ganar”, expresó tras el partido. “Estos triunfos son especiales para la ciudad y para nosotros como familia”.
El pitcheo dominicano también brilló
El abridor Luis Castillo, conocido como La Piedra, también fue fundamental. Cumplió con una sólida salida de cuatro entradas y dos tercios sin permitir carreras, limitando a los Tigres a un solo imparable. El bullpen, liderado por Gabe Speier, Matt Brash y Andrés Muñoz, completó el trabajo con autoridad, permitiendo apenas tres hits en todo el encuentro. Muñoz se apuntó su primer salvamento de postemporada.
Castillo resumió el sentir del equipo: “Cuando Polanco dio esos jonrones, sentimos que el juego estaba de nuestro lado. Nos dio energía, confianza y motivación”.
Una victoria que despierta la ilusión
La victoria tuvo un significado especial para los fanáticos. Fue el primer triunfo de postemporada en casa para los Marineros desde 2001, un hito que desató la euforia en Seattle y reafirmó la fe en un equipo que parece haber recuperado su identidad competitiva.
Con la serie ahora empatada 1-1, los Marineros viajarán a Detroit con el impulso emocional necesario para buscar la ventaja. “Este equipo no se rinde”, declaró Julio Rodríguez, uno de los pilares jóvenes del club. “Polanco encendió la chispa y todos seguimos su ejemplo. Así se ganan los juegos grandes”.
Seattle vuelve a soñar, y en el centro de ese sueño está un dominicano que, con su bate y liderazgo, ha devuelto la esperanza a una ciudad que llevaba más de dos décadas esperando otra noche como esta.
