La figura de María Corina Machado sigue sumando reconocimientos fuera de Venezuela. Esta vez, su nombre quedará inscrito de forma permanente en el mapa urbano de una ciudad española, como símbolo de una lucha que ha trascendido fronteras y discursos políticos.
Según informó la agencia EFE, el Ayuntamiento de Valladolid anunció que dedicará una calle a la dirigente venezolana, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su labor en favor de la democracia, la paz y los derechos humanos. La decisión fue confirmada por el alcalde Jesús Julio Carnero, quien subrayó que el compromiso de Machado con valores universales como la concordia y la solidaridad justificaba plenamente su incorporación al callejero local.
La vía elegida se encuentra entre el Paseo del Arco de Ladrillo y la calle Orlando, en un entorno cargado de simbolismo cívico, cercano al parque de La Paz y al denominado eje de la solidaridad. No se trata solo de una ubicación geográfica, sino de un espacio pensado para conectar el reconocimiento con los valores que representa la líder opositora venezolana.
Desde el consistorio vallisoletano se ha insistido en que este gesto busca rendir tributo a quienes defienden la libertad y la dignidad de los pueblos por vías pacíficas. Para el alcalde, la trayectoria de Machado funciona como referencia ética para quienes creen en sociedades más justas, con instituciones democráticas fuertes y respeto pleno a los derechos fundamentales.
El reconocimiento municipal se suma al eco internacional que ha tenido la concesión del Nobel de la Paz. El Comité Noruego destacó su papel en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y su apuesta constante por una transición política sin violencia, calificándola como uno de los ejemplos más notables de valentía civil en América Latina en los últimos años.
Con esta iniciativa, Valladolid no solo honra a una figura política, sino que deja constancia de una posición clara en defensa de la democracia y los derechos humanos. La futura calle María Corina Machado aspira a convertirse en un recordatorio cotidiano de que la lucha cívica, cuando se sostiene con coherencia y coraje, puede cruzar océanos y dejar huella.








