La lluvia no impidió que el Chase Stadium respirara ilusión desde el primer minuto. Bajo un cielo encapotado y un ambiente cargado de expectativa, tomó vida la Messi Cup, un torneo sub-16 llamado a convertirse en una referencia para quienes sueñan con abrirse paso en el fútbol de alto nivel.
Tal como informó EFE, el certamen nació por iniciativa de Lionel Messi, que presentó oficialmente la competición apenas dos días después de levantar con el Inter Miami el título de la MLS. El argentino, recién reconocido nuevamente con el premio Landon Donovan al MVP, quiso acompañar a los jóvenes talentos, aunque el clima obligó a improvisar el acto inaugural.
Aun con paraguas y zapatos empapados, los jugadores de academias de Europa y América escucharon al capitán rosarino agradecerles su presencia y prometer que volvería cada día del torneo. Para muchos de esos adolescentes, era la primera vez que veían a Messi tan cerca; para otros, una confirmación de que el fútbol que practican puede ser un puente hacia escenarios más grandes.
En la nómina de participantes aparecen instituciones de peso FC Barcelona, Manchester City, Chelsea, Atlético de Madrid, Inter de Milán, Newell’s Old Boys, River Plate e Inter Miami forman el cuadro de ocho equipos distribuidos en dos grupos. El formato es directo: fase de grupos, semifinales y final, todo concentrado entre el 9 y el 14 de diciembre.
Las gradas, nutridas en su mayoría por padres, entrenadores y chicos que viven el fútbol con una intensidad contagiosa, aportaron un ambiente particular. Familias como la de Giselle Valdéz o la de Paulina Llaga viajaron para acompañar a sus hijas e hijos, animados por la simple idea de compartir un rato con el ídolo argentino. Para algunos de ellos, ese instante bajo la lluvia valió más que cualquier fotografía.
Organizaciones comunitarias también aprovecharon la oportunidad. Fútbol Con Corazón, que trabaja con jóvenes en situaciones vulnerables, llevó a un grupo de muchachos al estadio con la intención de acercarlos a un entorno positivo y motivador. El deporte, para ellos, funciona como una herramienta que abre puertas y fortalece vínculos.
En lo estrictamente deportivo, la agenda del torneo ofrece un desfile continuo de partidos. Inter Miami abrió contra Newell’s; Barcelona se midió a River; Manchester City enfrentó a Inter de Milán; y Chelsea debutó ante Atlético de Madrid. La intensidad seguirá hasta el jueves con cruces que prometen medir estilos de escuelas distintas: la pausa sudamericana frente al vértigo europeo.
El viernes estará reservado para actividades institucionales y espacios formativos, donde entrenadores y especialistas compartirán experiencias con los participantes. El sábado se jugarán las semifinales y el domingo llegará el cierre con la final y el duelo por el tercer lugar, ambos nuevamente en el Chase Stadium.
La Messi Cup pretende consolidarse como un punto de encuentro para academias con tradición y estructuras modernas, y al mismo tiempo convertirse en una vitrina para jóvenes que empiezan a reclamar su propio camino. Si la ambición es grande, lo es también la sensación de que este proyecto puede marcar a una generación completa.








