El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó la invitación del presidente estadounidense, Donald Trump, para asistir este lunes a la ceremonia de firma del plan de paz para Gaza que se celebra en Egipto.
Según confirmó su oficina en un comunicado, la decisión obedece a la proximidad del Simjat Torá, último día del periodo festivo judío de Sucot, que se extiende desde el atardecer del lunes hasta el martes. “El primer ministro agradeció la invitación, pero no podrá participar debido a la cercanía del feriado religioso”, precisó el documento.
De acuerdo con informaciones de la agencia EFE, la presidencia egipcia había anunciado inicialmente la asistencia de Netanyahu a la Cumbre para la Paz de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí. Sin embargo, poco después rectificó el comunicado, confirmando que el líder israelí se ausentaría por motivos religiosos.
El encuentro, impulsado por Trump y el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi, busca relanzar el diálogo entre Israel y Palestina en torno a un plan de pacificación para la Franja de Gaza, tras los recientes acuerdos de liberación de rehenes y la reducción de hostilidades.
Cumbre con amplia representación internacional
A la cita asisten una treintena de líderes mundiales, entre ellos el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro británico, Keir Starmer, quienes ya se encuentran en la ciudad balneario egipcia. También se confirmó la presencia del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, cuya participación refuerza el interés de las partes en reactivar el proceso diplomático.
Antes de viajar a Egipto, Donald Trump hizo escala en Israel, donde participó en un acto simbólico por la liberación de los últimos rehenes israelíes retenidos por Hamás en Gaza. Durante su visita, sostuvo encuentros con familiares de las víctimas y pronunció un discurso en el Knéset, el Parlamento israelí, en el que reafirmó su compromiso con la estabilidad regional.
Contexto político y diplomático
La ausencia de Netanyahu no pasa desapercibida. Analistas locales interpretan su decisión como un gesto de respeto a las tradiciones religiosas, pero también como una señal de cautela frente a un proceso de paz que aún divide a su gabinete. Egipto, por su parte, busca consolidarse como mediador clave en los esfuerzos por estabilizar la región.
Pese a la ausencia israelí al más alto nivel, se espera que funcionarios de su gobierno mantengan comunicación con representantes de Estados Unidos y Egipto para seguir de cerca los avances del plan.
El nuevo intento de reconciliación llega en un momento decisivo, marcado por la presión internacional para que Israel y Palestina encuentren una salida duradera al conflicto.