El cielo se va a poner juguetón este miércoles: mañana seca, tarde mojada y una sensación térmica que no da tregua. Las primeras horas permitirán salir a la calle sin paraguas, pero después del mediodía los nublados se cargarán de agua y tronadas en buena parte del país, sobre todo en el Gran Santo Domingo y la franja central.
Según el boletín de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), la onda tropical que cruza el territorio favorecerá chubascos rápidos en La Altagracia, El Seibo y Samaná durante la mañana, para luego intensificar aguaceros y tronadas aisladas en provincias como Hato Mayor, Monte Plata, San Cristóbal, Azua y Dajabón hasta entrada la noche.
Además de la lluvia, un velo grisáceo cubrirá el horizonte. Columnas de polvo sahariano octava intrusión significativa en lo que va de año mantienen el aire seco y elevan la sensación calurosa. Copernicus y meteorólogos locales coinciden en que estas nubes de partículas han cruzado el Atlántico con mayor frecuencia durante 2025, empeorando la calidad del aire y tintando los atardeceres de un tono lechoso.
Las temperaturas oscilarán entre 33 °C y 35 °C en las zonas urbanas, con mínimas de 21 °C a 23 °C al amanecer. Pero el calor se sentirá mucho mayor con humedad sobre 70 %, el índice de calor podría rozar los 40 °C. Autoridades recomiendan limitar actividades al aire libre entre 11 a. m. y 4 p. m., hidratarse constantemente y, de ser posible, usar ropa clara y transpirable.
Mañana jueves llega otra onda tropical que mantendrá el patrón de lluvias vespertinas, sobre todo en el noreste y el Valle del Cibao. El viernes, una vaguada en la troposfera combinada con el remanente de humedad podría detonar tormentas eléctricas más organizadas desde Santo Domingo hasta la cordillera Central. Quienes tengan planes de fin de semana en la montaña deben vigilar boletines por posibles crecidas repentinas.
En síntesis, julio sigue su libreto calor pesado, polvo del Sahara y ciclos de aguaceros cortos pero intensos. La clave es no confiarse de un cielo despejado en la mañana y siempre llevar paraguas o resignarse a mojarse en la tarde.








