La jornada bursátil amaneció movida para Oracle, cuyos inversionistas reaccionaron con inquietud frente a unos resultados que no alcanzaron las expectativas del mercado. El retroceso inmediato en el valor de sus acciones encendió nuevas alarmas sobre el ritmo y la sostenibilidad del gasto global en tecnologías de Inteligencia Artificial.
Según la agencia EFE, el gigante tecnológico abrió la sesión con un desplome de más del 14 %, reflejo del nerviosismo acumulado en torno a la inversión en servicios en la nube y al fuerte impulso del sector de IA. La sacudida no solo afectó a Oracle el Nasdaq inició el día teñido de rojo y otros referentes del sector, como Nvidia y CoreWeave, también ajustaron posiciones tras varias semanas de volatilidad.
La pérdida de impulso bursátil de Oracle no es un fenómeno aislado. Desde septiembre, cuando sus acciones bordeaban los 340 dólares, la tendencia ha apuntado hacia una corrección que muchos vinculan al debate global sobre una posible sobrevaloración en el ecosistema de IA. El mercado, aún eufórico con las promesas de esta tecnología, comienza a mostrar señales de fatiga ante los costos crecientes que asumen las empresas para sostener la infraestructura necesaria.
Los analistas de BofA Global Research coinciden en que gran parte del capital de Oracle está siendo canalizado hacia la expansión de centros de datos especializados. Señalan que la presión sobre el precio de la acción es consecuencia lógica de un ciclo de inversión intenso, pero indispensable para que la compañía pueda seguir compitiendo. Según su visión, este esfuerzo fortalece el andamiaje tecnológico con el que Oracle aspira a abastecer la creciente demanda corporativa de modelos avanzados de IA.
En su informe más reciente, la firma con sede en Austin reportó ingresos trimestrales de 16.060 millones de dólares, un 14 % por encima del año anterior, pero ligeramente por debajo de lo previsto por el consenso de analistas. El beneficio neto atribuido cayó cerca de un 7 %, afectado por el aumento en gastos operativos y por el empuje de inversiones vinculadas a su plataforma de nube.
Pese a que la ganancia ajustada por acción superó las estimaciones, los inversionistas no mostraron indulgencia. Incluso en las operaciones posteriores al cierre del mercado, la acción continuó retrocediendo. Para algunos especialistas, esta reacción demuestra que la industria está entrando en una fase más selectiva, donde ya no basta con crecer hace falta demostrar eficiencia en el uso del capital.
Oracle mantiene una relación estratégica con OpenAI, uno de los actores más influyentes del ecosistema actual de IA. La empresa provee parte de la infraestructura necesaria para operar modelos de gran escala, un vínculo que le genera oportunidades, pero también una dependencia significativa ante el desempeño del propio desarrollador de ChatGPT. En un escenario donde la demanda de potencia computacional se multiplica, esta alianza podría convertirse tanto en un motor de crecimiento como en un factor de vulnerabilidad.
El panorama deja a Oracle en un punto de inflexión. El mercado exige resultados inmediatos, mientras la compañía apuesta por inversiones que probablemente rindan frutos a un plazo mayor. En un entorno donde cada dólar invertido en IA es examinado con lupa, la capacidad de ejecutar su estrategia sin perder impulso será determinante para recuperar la confianza de Wall Street.
