El gobierno ucraniano volvió a mover sus fichas diplomáticas en un momento en que la guerra se ha vuelto más agotadora que nunca para su población. Volodímir Zelenski aprovechó una llamada de alto nivel para intentar abrir una salida política que no comprometa la defensa del país, pero que tampoco cierre la puerta a una negociación realista.
Según EFE, el presidente ucraniano sostuvo una conversación telefónica con el vicepresidente estadounidense, JD Vance, un intercambio que buscó revisar a fondo las propuestas presentadas por Washington para frenar el conflicto. En la llamada también participó el secretario del Ejército de EE.UU., Dan Driscoll, quien llevó personalmente a Kiev el plan impulsado por el presidente Donald Trump.
La intención de Zelenski fue dejar claro que su país está dispuesto a evaluar cada iniciativa con cabeza fría. Acordó con Vance que los equipos de seguridad de ambos gobiernos, junto con sus contrapartes europeas, trabajarán de manera paralela para pulir un camino que permita avanzar sin ceder de inmediato en los puntos más sensibles. En el círculo político de Kiev se comenta que esta clase de contactos buscan disminuir tensiones previas y reforzar la imagen de un gobierno que no actúa a ciegas.
Desde la capital ucraniana también se confirmó que Zelenski habló con los líderes de Francia, Reino Unido y Alemania antes de comunicarse con Washington. Esa ronda de llamadas apunta a un objetivo evidente que Europa llegue alineada a la negociación del borrador estadounidense. Fuentes diplomáticas europeas consultadas públicamente en días recientes, como las citadas por Le Monde y The Guardian, coinciden en que la unidad continental será clave para que Kiev mantenga margen de maniobra.
El borrador filtrado en medios internacionales describe puntos delicados para Ucrania, especialmente la exigencia de reducir el tamaño de sus fuerzas armadas y retirar tropas de zonas del Donbás que aún controla. Analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) advirtieron en reportes esta semana que una reducción apresurada del Ejército podría dejar al país en una posición estratégica frágil frente a futuros ataques rusos.
Mientras tanto, Zelenski planea conversar directamente con Trump en los próximos días para explicarle la postura oficial de Kiev. El presidente estadounidense dejó claro que espera una respuesta antes del 27 de noviembre, fecha simbólica para su país por celebrarse el Día de Acción de Gracias. En el entorno político de Washington, varios senadores republicanos han declarado que cualquier acuerdo debe contemplar garantías de seguridad a largo plazo, un tema que podría definir el resultado final de estas conversaciones.
El ambiente diplomático se mueve con cautela, pero con señales de que ambas partes quieren al menos explorar alternativas. En Kiev corre la sensación de que se abre una ventana corta, pero crucial, para influir en las intenciones de Washington. Zelenski intenta aprovecharla sin perder el respaldo europeo, mientras el país sigue resistiendo una guerra que ha moldeado su vida cotidiana durante casi una década.








