El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que su par ucraniano, Volodímir Zelenski, deberá dar su visto bueno al plan de paz impulsado en la Casa Blanca, el cual contempla la cesión de parte del territorio de Ucrania a Rusia.
Según un despacho de la agencia EFE, Trump formuló esas declaraciones durante una rueda de prensa en el Despacho Oval con el alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani. Al mismo tiempo, estableció como plazo hasta el próximo jueves Día de Acción de Gracias en EE.UU. para que Kiev responda al plan.
El esquema consta de 28 puntos negociados entre Estados Unidos y Rusia, plantea obligaciones fuertes para Ucrania entre ellas, la cesión a Rusia de regiones aún sin ocupación por las fuerzas rusas y la reducción del ejército ucraniano a un máximo de 600 000 efectivos. A cambio, Ucrania recibiría garantías de seguridad de EE.UU. y renunciaría para siempre a ingresar en la OTAN.
En su comparecencia, Trump subrayó la dureza del conflicto “He hablado con su gente, tenemos un plan. Es horrible lo que está pasando. Es una guerra que nunca debió haber ocurrido creemos que tenemos una manera de lograr la paz; él tendrá que aprobarlo”, declaró.
El presidente ucraniano reaccionó en un discurso al país sugiriendo que la propuesta es inaceptable, al calificarla de alternativa entre “perder la dignidad” o romper con el apoyo de Washington. En paralelo, el mandatario ruso, Vladimir Putin, confirmó haber recibido el plan y lo consideró una base posible para un arreglo “definitivo” del conflicto, que estalló con la invasión rusa en febrero de 2022.
La propuesta suscita interrogantes clave ¿puede Ucrania aceptar la pérdida de territorios sin romper su alianza con Occidente? ¿Qué efecto tendría en la credibilidad del aval estadounidense? Y, sobre todo, ¿cuál será la reacción de los aliados europeos y de la sociedad ucraniana ante una fórmula de paz que exige sacrificios tan relevantes?
La tensión entre diplomacia y dignidad se agudiza, y el mundo observa cómo Kiev evalúa la encrucijada planteada por Washington y Moscú, mientras que la definición de estos próximos días puede marcar un hito en la historia del conflicto.








