La sala Aída Cartagena Portalatín volvió a respirar literatura cuando José Enrique García recibió un homenaje que, más que distinguir a un autor, marca un punto de inflexión para las letras dominicanas. El veterano creador fue celebrado entre aplausos y abrazos sinceros, en un ambiente donde se sentía el peso de una trayectoria que ha tocado a varias generaciones de lectores.
Según la Presidencia, el acto encabezado por Roberto Ángel Salcedo convirtió la jornada en un momento histórico por primera vez, un escritor dominicano obtiene el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, un reconocimiento que en la región suele distinguir a figuras de altísimo perfil intelectual. La ceremonia incluyó un recorrido audiovisual por la vida y obra del autor, proyectado como un tributo a más de medio siglo de dedicación literaria.
La entrega formal del galardón, acompañada de una dotación de 25 mil dólares, reforzó el valor simbólico del premio. García, con la serenidad que lo caracteriza, agradeció la distinción y la interpretó como una reafirmación del lugar que ocupa la literatura dominicana en el universo cultural iberoamericano, un espacio donde el país gana presencia gracias a creadores persistentes y voces singulares como la suya.
El jurado integrado por representantes del sector cultural, académico y literario subrayó la vocación plural del premio, relanzado mediante el Decreto 770-22. La diversidad de perfiles sentados en esa mesa, desde gestores culturales hasta escritores invitados, confirma que el galardón busca sostenerse sobre criterios de rigor y amplitud intelectual.
Hablar de José Enrique García es adentrarse en varias capas de la literatura nacional. Poeta, narrador, ensayista y docente, su obra transita temas existenciales, sociales y culturales desde una voz reconocible, moldeada por años de reflexión y búsqueda estética. Títulos como El fabulador, Recodo y Una vez un hombre muestran una sensibilidad que combina el pulso narrativo con una mirada profundamente humana.
A lo largo de su carrera, García ha recibido importantes distinciones, entre ellas el Premio Siboney de Poesía y varios lauros nacionales en poesía, novela y literatura infantil. Fuera del ámbito estrictamente creativo, también ha influido en la formación de generaciones de estudiantes mediante textos educativos utilizados dentro y fuera del país. Su paso por la Editora Nacional y por las aulas universitarias lo posiciona como un puente entre maestros, nuevos autores y lectores en construcción.
El reconocimiento, más allá de celebrar una trayectoria individual, impulsa la misión del Ministerio de Cultura de fortalecer la proyección internacional del pensamiento humanístico dominicano. En un momento donde las narrativas iberoamericanas buscan renovarse y dialogar con su pasado, este premio reafirma la vigencia del legado de Pedro Henríquez Ureña, cuya visión crítica continúa inspirando a creadores de toda la región.
