La defensa del exmandatario brasileño solicita que cumpla la sentencia en su domicilio
La petición fue presentada ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil tras su condena por intento de golpe
La solicitud pone énfasis en los achaques médicos que el expresidente arrastra
La solicitud de prisión domiciliaria para Jair Bolsonaro marca un nuevo capítulo en uno de los procesos judiciales más relevantes de Brasil. Según la información de EFE, sus abogados han pedido al juez Alexandre de Moraes relator del expediente que le permita cumplir los 27 años y 3 meses de cárcel que le fueron impuestos bajo arresto domiciliario por razones de salud.
Bolsonaro, que ejerció la presidencia entre 2019 y 2022, fue declarado culpable por liderar una trama golpista tras perder las elecciones frente a Luiz Inácio Lula da Silva. En la sentencia del 11 de septiembre, dictada por la Primera Sala del tribunal, se le impuso un modelo de régimen cerrado por intentar perpetuarse en el poder en colaboración con exministros y oficiales militares. Cursó la pena bajo arresto domiciliario desde el 4 de agosto, luego de que la corte no hubiese aún autorizado la ejecución formal de la sentencia.
En la solicitud de la defensa se argumenta que las patologías que padece hacen del llamado un caso “excepcional” con fundamento “humanitario”. En su escrito al juez se destaca que Bolsonaro se encuentra bajo supervisión mediante tobillera electrónica y sujeto a restricciones que la justicia establezca. Según fuentes allegadas a su familia, el político ha registrado episodios de hipo prolongado, mareos y vómitos. Su hijo, el concejal Carlos Bolsonaro, afirmó en redes que cuando su padre está despierto sufre vómitos constantes, e incluso llega a tener hipo mientras duerme, lo que los allegados vinculan con la puñalada que recibió en la campaña de 2018 y a las posteriores intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido.
Se añade a este cuadro el reciente hallazgo de ocho lesiones en su piel, dos de las cuales arrojaron diagnóstico positivo para un cáncer en estado temprano, lo que impondrá una vigilancia médica periódica. Esta situación sanitaria es el argumento central para que soliciten el cumplimiento de la condena desde su residencia en Brasilia, siempre bajo supervisión judicial.
Esta petición abre la puerta a un debate sobre la separación entre salud y justicia en un país que encara profundas tensiones institucionales desde la crisis electoral de 2022. El magistrado Alexandre de Moraes aún no ha dictado la orden de ejecución de la sentencia, lo cual se espera en las próximas semanas. Mientras tanto, la defensa pretende que el cumplimiento del régimen carcelario se adapte a la situación física del expresidente.
El desenlace tendrá implicaciones políticas relevantes para el Brasil actual. Si se concede la prisión domiciliaria, se activará un precedente significativo respecto al trato de figuras públicas con condenas severas que aleguen motivos médicos. En paralelo, sectores críticos recuerdan que el sistema judicial debe responder con la misma firmeza a quienes atentan contra la democracia.
