La Antigua Orden Dominicana sorprendió a muchos al convocar una marcha de protesta pautada para el 24 de abril, con punto de partida en la estación “Juan Bosch” del Metro de Santo Domingo. Bajo el lema “¡Pal Palacio!”, esta agrupación ha llamado la atención sobre el auge de la migración irregular y sus presuntos efectos en la estabilidad de la nación. Dicen que se reunirán a la 1:00 de la tarde, con la intención de exigir respuestas contundentes de quienes tienen la obligación de salvaguardar las fronteras y las leyes.
Tal como señala deultimominuto en una publicación firmada por Yoan Silverio, los organizadores se sienten alarmados por el crecimiento desordenado de la migración durante las últimas dos décadas. De acuerdo con un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la República Dominicana ha experimentado uno de los mayores flujos migratorios de la región, lo que ha generado tensiones locales y demandas de mayor control fronterizo. Esta agrupación se aferra a la idea de que la “paciencia se agotó”, y, con ella, la tolerancia ante lo que califican como un irrespeto a la soberanía del país.
Desde una óptica más amplia, organismos como la Dirección General de Migración y el propio Ministerio de Interior y Policía han emprendido acciones para regularizar a extranjeros y establecer mecanismos de vigilancia en la frontera. Sin embargo, algunos sectores consideran que esos esfuerzos se han quedado cortos. Numerosos quisqueyanos demandan políticas firmes, mientras líderes comunitarios subrayan la urgencia de una gestión migratoria efectiva que preserve la convivencia y la dignidad de todos.
En la convocatoria de la Antigua Orden Dominicana, se advierte que habrá un reclamo directo al Estado para que incremente las medidas de supervisión. Esta postura coincide con la visión de quienes entienden que la soberanía no se negocia, sobre todo si se pretende mantener el orden interno en un entorno global cada vez más complejo. Paralelamente, entidades de la sociedad civil enfatizan la necesidad de equilibrar la protección de derechos humanos con la preservación del interés nacional.
No son pocos los dominicanos que ven esta manifestación como una oportunidad para que las autoridades refuercen sus compromisos. Con todo y la polémica, la marcha “¡Pal Palacio!” promete acaparar la atención del país, especialmente si el Gobierno anuncia nuevas políticas. A la espera de esos movimientos, la ciudadanía permanecerá atenta a cómo las instituciones equilibren soberanía y humanidad.
