El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) acusó este jueves a los servicios secretos del Reino Unido y Ucrania de preparar actos de sabotaje contra el gasoducto Turkish Stream, una de las rutas clave para el suministro de gas ruso hacia el sur de Europa.
Según informó la agencia EFE, el director del FSB, Alexánder Bórtnikov, aseguró que Moscú dispone de información que confirma los preparativos de estas operaciones. El funcionario también sostuvo que, bajo el amparo de los servicios especiales británicos, se estarían realizando acciones terroristas y de sabotaje dentro del territorio ruso.
Bórtnikov afirmó que el MI6, el servicio de inteligencia exterior del Reino Unido, coordina junto con Kiev incursiones de grupos ucranianos en zonas fronterizas rusas. Estas acciones, añadió, incluirían ataques contra infraestructuras críticas utilizando drones, lanchas no tripuladas y buzos de combate, con el fin de desestabilizar regiones estratégicas.
El jefe del FSB mencionó además la supuesta operación ucraniana “Telaraña”, ejecutada en junio pasado, que habría tenido como objetivo varios aeródromos rusos antes de las negociaciones entre Moscú y Kiev celebradas en Turquía. Según el funcionario, la inteligencia británica no solo habría supervisado la operación, sino que también se encargó de impulsar una campaña mediática para magnificar los daños y atribuirlos exclusivamente a Ucrania.
De acuerdo con los reportes oficiales, el 1 de junio se produjeron ataques con drones FPV contra instalaciones militares en las provincias rusas de Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur, sin que Moscú haya detallado el alcance real de los daños.
El Turkish Stream, inaugurado en 2020, es una infraestructura energética clave que transporta gas ruso a través del mar Negro hacia Turquía y el sudeste de Europa. En medio de la creciente tensión geopolítica por la guerra en Ucrania, Moscú considera que el gasoducto es un objetivo estratégico que Occidente podría intentar sabotear para presionar su economía.
Aunque Londres y Kiev no han emitido declaraciones oficiales sobre las acusaciones del FSB, el señalamiento refuerza el clima de desconfianza entre Rusia y las potencias occidentales, que en los últimos meses se ha intensificado con la expansión de sanciones y el apoyo militar europeo a Ucrania.
