Rusia y Ucrania llevaron a cabo este jueves un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, en el que participaron 185 militares de cada lado, además de la repatriación de 20 civiles, según informó el Ministerio de Defensa ruso.
Tal como reporta la agencia EFE, el canje se concretó en cumplimiento de los acuerdos alcanzados en Estambul el pasado 23 de julio, los cuales contemplaban liberaciones simultáneas bajo mediación internacional. Los prisioneros, tanto soldados como civiles, fueron trasladados a Bielorrusia, donde actualmente reciben atención médica y apoyo psicológico.
Este tipo de intercambios ha marcado un canal humanitario en medio de un conflicto que continúa sin señales claras de resolución política. Durante el verano, ambos países realizaron varias operaciones similares, que también incluyeron la entrega de cuerpos de soldados caídos. No obstante, las rondas de negociación directa que facilitaron esos acuerdos se encuentran estancadas desde mediados de julio.
Expertos en relaciones internacionales destacan que, pese al bloqueo diplomático, los canjes representan uno de los pocos mecanismos de cooperación activa entre Moscú y Kiev. Estos gestos, aunque limitados, reducen tensiones en el frente y ofrecen un alivio humanitario a cientos de familias afectadas por la guerra.
El hecho de que los prisioneros hayan sido trasladados a territorio bielorruso también subraya el papel de Minsk como espacio neutral dentro de un conflicto marcado por la desconfianza. Analistas señalan que este tipo de operaciones, aunque insuficientes para frenar la violencia, mantienen abierta la posibilidad de reactivar las conversaciones de paz bajo mediación internacional.