Netflix amaneció con doble cara: por un lado, hizo oficial la cancelación de cuatro títulos a la cabeza “The Sandman”, que pese a su culto no satisfizo al algoritmo y, por otro, confirmó al vuelo la segunda temporada de “Cheat: Unfinished Business”, reality donde exparejas infieles se encaraman en una villa española a ventilar trapos sucios. El show debutó hace menos de una semana y ya tocó Top 10 en 22 países; suficiente para que los ejecutivos aseguraran a Amanda Holden, quien ya corre con exceso de agenda entre “Britain’s Got Talent” y el próximo gameshow “The Inner Circle” para la BBC.
La lectura fría Netflix está afinando portafolio. El streamer mide “horas vistas por dólar invertido” y le corta la luz sin pestañear a series que no generen retención; al mismo tiempo, no duda en renovar formatos low-cost que prometen maratones cortos y tracción social. Si el resto de plataformas adopta el mismo bisturí, prepárate para ver más realities chismosos y menos dramas carísimos. Así de despiadado anda el juego del streaming en 2025.