El Seguro Nacional de Salud (Senasa) se ha convertido en la espina dorsal del sistema sanitario dominicano, recordó ayer la Asociación Nacional de Afiliados a la Seguridad Social (Asonafiss). Su presidente, Joel Rodríguez, advirtió que cualquier recorte presupuestario pondría en jaque la mayor conquista social de los últimos veinte años.
Según datos divulgados esta semana por Ensegundos.do, Senasa ya supera los 7,6 millones de afiliados casi el 73 % de la población y mantiene un índice de satisfacción del 94,2 %, la cifra más alta entre las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) públicas y privadas.
Rodríguez recalcó que el régimen subsidiado “da la cara” por niños, embarazadas y adultos mayores que jamás habían tenido seguro. “No permitamos que la desinformación erosione la confianza de la gente; la salud no se negocia”, sentenció, tras recordar que Senasa costea desde medicamentos hasta cirugías de alta complejidad.
La relevancia del programa trasciende fronteras la Organización Mundial de la Salud coloca a República Dominicana entre los países con mayor avance en cobertura sanitaria del Caribe, impulsado precisamente por la expansión del régimen subsidiado y contributivo subsidiado.
No obstante, el sistema muestra grietas. Prestadores privados denuncian atrasos en pagos y “cuellos de botella” administrativos que, de prolongarse, podrían traducirse en servicios limitados o sobrecargos para los pacientes.
El panorama político añade presión. Mientras algunos sectores plantean “rescatar” a Senasa mediante reformas estructurales y un fondo de contingencia, otros advierten que sobredimensionar la plantilla sin una fuente de financiamiento estable solo agravaría el déficit. La reciente propuesta de crear un fondo permanente para atención primaria, respaldada por la OPS, sugiere un camino para blindar la sostenibilidad sin sacrificar calidad.
Asonafiss insiste en que la prioridad debe ser garantizar financiamiento transparente y oportuno, priorizando la eficiencia y la rendición de cuentas. “Senasa no puede ser rehén de coyunturas políticas ni de campañas de descrédito. Si se protege hoy, la República Dominicana seguirá avanzando hacia la cobertura sanitaria universal”, concluyó Rodríguez.
Con más dominicanos dentro del sistema que nunca, el reto ahora es mantener la puerta abierta y la bóveda llena para que la promesa de salud digna no se convierta en un espejismo.








