El presidente sirio, Ahmed al Sharaa, emprendió este domingo viaje a Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas, en lo que se anticipa como un momento simbólico en la política exterior del país tras décadas de aislamiento y guerra interna.
Según informó la televisión estatal y retomaron medios internacionales como Infobae, Al Sharaa se convertirá en el primer mandatario sirio en hablar ante la Asamblea General desde 1967, cuando lo hiciera Nuredin al Atasi. Este gesto representa no solo un regreso a la arena diplomática mundial, sino también una tentativa de proyectar la imagen de una Siria en transición tras el colapso del régimen de Bashar al Asad.
El nuevo presidente asumió el poder en diciembre de 2024, luego de la caída de Al Asad, quien gobernó en medio de una guerra civil prolongada que devastó la infraestructura del país y fragmentó su tejido social. La salida del histórico líder se produjo después de casi 14 años de conflicto, en los que una coalición de grupos islamistas rebeldes logró imponerse en amplias zonas del territorio.
El discurso en la ONU servirá de plataforma para presentar al mundo la visión de Al Sharaa sobre la reconstrucción nacional, la reconciliación política y las nuevas alianzas internacionales. Observadores diplomáticos anticipan que su intervención podría abrir una nueva etapa en la relación de Siria con Occidente, después de años de sanciones, acusaciones de crímenes de guerra y aislamiento en foros multilaterales.
La comunidad internacional sigue de cerca estos movimientos. Analistas destacan que el regreso de Siria al escenario de Naciones Unidas puede tener implicaciones directas en la geopolítica de Medio Oriente, especialmente en relación con Irán, Turquía y Rusia, actores que han jugado papeles cruciales durante el conflicto. Además, podría generar un punto de inflexión en los diálogos sobre la reconstrucción del país, que requieren inversiones millonarias y consensos políticos internos.
En Nueva York, la expectativa es alta. No se trata únicamente del contenido del discurso, sino del tono y de los gestos que Al Sharaa elija. Para una Siria que intenta dejar atrás la sombra de la guerra civil, cada palabra será analizada como señal de hacia dónde pretende dirigir el nuevo capítulo de su historia.








