Soto, Tatis y De La Cruz encabezan la fiesta dominicana mientras Mets y Padres marcan el paso de la MLB 2025

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El fin de semana dejó claro que los bates y guantes quisqueyanos siguen encendidos en las Grandes Ligas Juan Soto empujó tres carreras con par de imparables y un elevado de sacrificio; Fernando Tatis Jr. ligó jonrón y triple para estirar su seguidilla a nueve juegos con hit; Elly De La Cruz se robó el show con jugadas de circo y Marcell Ozuna agregó su cuarto bambinazo del año. Todo esto en una jornada llena de pizarras abultadas, como el 24‑2 con que los Rojos trituraron a los Orioles y el 14‑1 propinado por los Cerveceros a los Atléticos.

Tal como reseña CDN, esa descarga de talento dominicano coincidió con una tabla de posiciones que empieza a tomar forma: los Yankees (14‑8) siguen cómodos en la cima del Este de la Americana, mientras que en la Nacional el Este lo gobiernan los Mets (15‑7) y el Oeste es territorio de los Padres (16‑6), escoltados bien de cerca por los Gigantes (16‑7).​

El apetito ofensivo de Soto ahora con línea de .256/.377/.444 y 12 impulsadas en sus primeros 78 turnos se respalda en la métrica avanzada: su velocidad de salida promedio ronda las 93 mph y casi la mitad de sus conexiones califican como “hard‑hit”, señales de que la pelota está brincando del madero con autoridad.​ No es casual que el jardinero firmara antes de la campaña el pacto récord de 765 millones de dólares con los Mets, un contrato que encendió la rivalidad neoyorquina y todavía hace arder camisetas en el Bronx.​

Del lado de la Costa Oeste, Tatis ha retomado su explosividad: promedia .318, lidera a San Diego en extrabases y se combina con Manny Machado para sostener el ataque friar. De La Cruz, por su parte, tiene a Cincinnati soñando: pegó par de hits, anotó cuatro veces y robó una almohadilla mientras disparaba un cañonazo de 99 mph desde el short, jugada que se hizo viral en cuestión de minutos. Esas demostraciones ayudan a explicar por qué los Rojos (10‑10) se mantienen a tiro en la Central de la Nacional pese al arranque frío de su pitcheo abridor.

Si miramos el resto del panorama, los Tigres sirven de sorpresa en el Centro de la Americana con 13‑9, gracias al paso firme de Riley Greene y Spencer Torkelson; y aunque los Bravos lucen rezagados (8‑13), los analistas advierten que la rotación se ha visto diezmada por lesiones tempranas y que el calendario de mayo podría abrir una ventana para remontar. A la caza del Comodín, los Marineros (12‑10) y los Angelinos (11‑10) compiten palo a palo, mientras Houston (10‑11) lidia con la irregularidad de su bullpen.

¿Qué significa esto para la legión dominicana?

  • Profundidad ofensiva: Seis criollos figuran entre los 25 mejores de la MLB en OPS ajustado, lo que confirma que el impacto no depende de uno o dos nombres.

  • Versatilidad: Núñez y Méndez —utilitys de Guardianes y Tigres han empezado a recibir turnos de alto valor situacional, reflejando la confianza que existe en su disciplina al plato.

  • Proyección de playoffs: Con Mets, Padres y Yankees montados en la ola, es altamente probable que veamos a varios dominicanos en roles protagónicos cuando llegue octubre.

Al paso que vamos, la temporada 2025 promete una narrativa dominicana de mucho swing y cero timidez. Queda mucha pelota, pero si cada jornada sigue dejando highlights tricolor, hay razones de sobra para amanecer pegado al televisor y, de paso, sacar pecho de lo nuestro cada vez que la voz de “play ball” retumbe en la gran carpa.

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