Una fuerte sacudida sísmica estremeció el centro de Bangladés este viernes, dejando al menos ocho personas fallecidas y más de un centenar de heridos.
Según la agencia EFE, el temblor tuvo su epicentro cerca de la ciudad de Narsingdi, situándose a unos 50 kilómetros de la capital, Daca, y alcanzó los 5,5 grados de magnitud.
El movimiento sísmico se registró a las 10:08 hora local (04:38 GMT), con una profundidad de 10 kilómetros, lo que lo hace relativamente superficial y capaz de generar daños importantes. Los equipos de respuesta civil reportaron víctimas entre estudiantes universitarios, trabajadores de fábricas y residentes de zonas afectadas. La cifra oficial confirmó ocho muertos, incluido un niño, y más de cien personas lesionadas.
En el barrio de Kosaituli, en Daca, se produjo el derrumbe parcial de un edificio de ocho plantas cuyo revestimiento colapsó hacia una tienda en la planta baja, atrapando a clientes y transeúntes. Ese episodio generó al menos tres de las muertes confirmadas. Las autoridades situaron el epicentro a 14 km al oeste-suroeste de Narsingdi, un área que sintió la sacudida con intensidad.
Los servicios de emergencia junto a voluntarios trasladaron a los heridos al Hospital Mitford, en Daca, y se activaron protocolos de monitoreo de daños estructurales, desplazamientos e información a la población.
Bangladés forma parte de una de las zonas tectónicas más activas del planeta, en la región donde convergen las placas india y euroasiática. Esta característica geológica explica por qué los movimientos sísmicos son relativamente frecuentes en la zona y por qué los impactos pueden ser considerables incluso con magnitudes moderadas.
Las autoridades han hecho un llamado a la calma, pidiendo confiar solo en canales oficiales y no difundir rumores que puedan generar pánico. Mientras tanto, se realiza una evaluación técnica para determinar daños en viviendas, fábricas y servicios públicos. Esta sacudida no solo plantea retos inmediatos de respuesta humanitaria, sino también la revisión de sistemas de alerta y refuerzo de infraestructuras ante futuros eventos que en esta región sísmicamente activa pueden desencadenarse con poca advertencia.








