Washington y Pekín han dado un paso clave en la disputa tecnológica por TikTok. Tras la llamada del 19 de septiembre entre Xi Jinping y Donald Trump, la Casa Blanca confirmó un pacto que permitirá a la aplicación china operar en Estados Unidos bajo una nueva empresa con mayoría estadounidense y con Oracle como garante del algoritmo.
Según informó SwissInfo, el acuerdo cuenta con el aval de Pekín y faculta a Oracle a inspeccionar y reentrenar el motor de recomendaciones, con el fin de asegurar que los datos de los más de 150 millones de usuarios estadounidenses queden fuera del alcance de China. ByteDance, dueña global de la plataforma, conservará menos del 20 % de participación, mientras Washington se compromete a blindar el código frente a interferencias externas.
La movida refleja cómo la geopolítica se escribe ahora en lenguaje de programación: el poder ya no solo se negocia en despachos, sino en algoritmos que deciden qué aparece en las pantallas.
En paralelo, Trump volvió a sacudir a Silicon Valley con un aumento drástico en el costo de las visas H-1B, que ahora alcanzan los 100.000 dólares anuales. La medida busca reducir la dependencia de talento extranjero y proteger a los trabajadores locales. Aunque varias compañías muestran cautela, líderes como Sam Altman (OpenAI) y Jensen Huang (Nvidia) respaldan el cambio, al considerarlo un incentivo para priorizar el «mejor talento» y reforzar la competitividad del país.
Mientras Estados Unidos encarece el acceso a especialistas, México experimenta el efecto contrario: la demanda de expertos en inteligencia artificial se disparó un 95 % en el último año, con más de 14.000 vacantes en áreas como ciencia de datos y aprendizaje automático, según un informe conjunto de la UNIR y la UNAM. El estudio advierte que la automatización podría eliminar 92 millones de empleos globales hacia 2050, aunque al mismo tiempo generará 170 millones nuevos.
El pulso tecnológico también toca a las grandes corporaciones digitales. Google anunció el despliegue global en español del Modo IA dentro de su buscador, basado en el modelo Gemini 2.5. La novedad permite hacer consultas habladas, subir fotos o usar la cámara, con respuestas más completas y organizadas. El gigante apuesta a convertirse en asistente personal de referencia, aunque reconoce que el sistema aún está en proceso de perfeccionamiento.
En Latinoamérica, la inteligencia artificial ya empieza a transformar sectores clave como la agroindustria. En Perú, la asistente Margaret llega para modernizar la producción de frutas y hortalizas, con funciones que van desde la planificación de campañas hasta reportes automatizados. Su gran atractivo: puede interactuar por WhatsApp, notas de voz y hasta en quechua, acercando la tecnología a los trabajadores del campo.
Finalmente, la organización Miss Venezuela ha trazado un límite en el uso de IA: advirtió que emprenderá acciones legales contra la manipulación no autorizada de imágenes de sus candidatas. La medida busca proteger la reputación de las participantes y recuerda que las leyes de propiedad intelectual también aplican en la era digital.
El mapa regional muestra que la inteligencia artificial y la regulación tecnológica avanzan a diferentes velocidades, pero con un denominador común: cada decisión política o empresarial tiene repercusiones inmediatas en la economía, la cultura y la vida diaria.