Investigadores de Cleveland han identificado un vínculo clave entre los niveles elevados en sangre de TMAO un subproducto generado por bacterias intestinales al digerir nutrientes de la carne roja y productos de origen animal y el desarrollo de aneurismas aórticos abdominales. Este hallazgo abre una ventana a la posibilidad de nuevas estrategias preventivas más allá de la cirugía.
El estudio, publicado en JAMA Cardiology, plantea que la presencia de TMAO no solo estaría asociada con la aparición de aneurismas, sino también con su progresión más acelerada y la necesidad de intervenciones quirúrgicas más tempranas. De confirmarse, el control de este compuesto podría convertirse en un factor determinante en la atención de pacientes en riesgo.
El aneurisma aórtico abdominal es una dilatación en la principal arteria del cuerpo, localizada en la zona abdominal. Suelen pasar desapercibidos hasta que alcanzan un tamaño crítico, momento en el que aumenta drásticamente el riesgo de ruptura, una condición con alta tasa de mortalidad. Actualmente, la vigilancia periódica y la cirugía abierta o endovascular son las únicas alternativas disponibles cuando el aneurisma alcanza un diámetro peligroso.
Los investigadores resaltan que el TMAO proviene del metabolismo intestinal y se eleva especialmente con dietas ricas en carne roja. Ensayos en modelos preclínicos han mostrado que bloquear esta vía metabólica puede reducir la formación y ruptura de aneurismas. Aunque aún no existen medicamentos disponibles para humanos, estos resultados refuerzan la idea de que la alimentación desempeña un papel crucial en la prevención cardiovascular.
Durante más de una década, distintos equipos de investigación han estudiado la relación entre el microbioma intestinal y la salud del corazón, encontrando conexiones entre el TMAO y enfermedades como infartos, accidentes cerebrovasculares y problemas renales. Hoy, las pruebas para medir sus niveles ya están disponibles en la práctica clínica, lo que facilita un abordaje más temprano en personas con alto riesgo cardiovascular.
El descubrimiento plantea un debate importante: ¿podría un cambio en los hábitos alimenticios reducir la incidencia de aneurismas aórticos abdominales? Mientras los avances científicos confirman esta hipótesis, el llamado inmediato es a reforzar la prevención con medidas conocidas, como evitar el tabaquismo, controlar la presión arterial y adoptar una dieta más equilibrada.