La tormenta tropical Imelda continúa ganando fuerza en aguas del Atlántico y amenaza con provocar fuertes lluvias en el sureste de Estados Unidos y el Caribe, mientras que el huracán Humberto, aunque degradado a categoría 4, mantiene su rumbo hacia las Bermudas con vientos de gran intensidad.
Según reportó EFE, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) advirtió que tanto Imelda como Humberto están generando oleaje peligroso y corrientes marinas a lo largo de la costa este de Florida y Georgia, lo que supone un riesgo elevado para navegantes y bañistas en la zona.
Imelda se ubicaba en el último boletín a unos 425 kilómetros al este-sureste de Cabo Cañaveral, con vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros por hora y un desplazamiento hacia el norte de 15 kilómetros por hora. Los pronósticos apuntan a que podría fortalecerse y alcanzar la categoría de huracán entre este lunes y martes. Las autoridades prevén acumulados de lluvia de hasta 10 centímetros en el noreste de Florida y las Carolinas, y entre 10 y 20 centímetros en Cuba y las Bahamas, lo que incrementa el riesgo de inundaciones repentinas.
Humberto, por su parte, continúa siendo un huracán de gran potencia. Aunque disminuyó de categoría 5 a 4, mantiene vientos sostenidos de 230 kilómetros por hora y se desplaza hacia el norte a 22 kilómetros por hora, ubicado a 585 kilómetros al sur-suroeste de las Bermudas. El fenómeno sigue generando condiciones marítimas peligrosas en el norte del Caribe, las Bahamas y las propias Bermudas.
Hasta el momento, la temporada ciclónica en el Atlántico ha producido nueve sistemas, incluyendo los huracanes Erin, Gabrielle y Humberto, así como las tormentas Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Fernand e Imelda. Solo Chantal ha tocado tierra en Estados Unidos este año, causando la muerte de dos personas en Carolina del Norte en julio.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) mantiene su previsión de que esta será una temporada «superior a lo normal», con entre 13 y 18 tormentas tropicales, de las cuales hasta 9 podrían convertirse en huracanes.
La población en las zonas costeras del sureste de Estados Unidos y el Caribe permanece atenta a los avisos de las autoridades, mientras ambos fenómenos avanzan en paralelo y ponen a prueba la preparación de la región ante una temporada activa.
