La ciudad capital amanece con el corazón encogido debido al grave suceso ocurrido en la reconocida discoteca Jet Set, donde el desplome de la estructura afectó a cientos de personas. Los equipos de salvamento llevan horas trabajando sin tregua, mientras varias instituciones se organizan para brindar asistencia médica, logística y emocional a los afectados. El panorama es complejo, y la comunidad se mantiene a la expectativa de cualquier actualización.
Según el medio deultimominuto, citando al periodista Héctor Romero, el número de fallecidos asciende a 113, mientras que más de 150 heridos han sido trasladados a distintos centros de salud en Santo Domingo y provincias cercanas. Las autoridades han confirmado que entre las víctimas se cuenta al destacado merenguero Rubby Pérez, hallado sin vida entre los escombros. Las labores de rescate continúan, aunque los equipos no han reportado señales de sobrevivientes en las últimas horas. No obstante, sigue activa la solicitud de donaciones de sangre y el llamado a mantener la calma e informarse por vías oficiales.
De acuerdo con informes complementarios proporcionados por la Defensa Civil y la Cruz Roja Dominicana, el personal de búsqueda y rescate se enfrenta a difíciles condiciones estructurales que ralentizan el trabajo. Varias organizaciones, incluidas iglesias y grupos comunitarios, han puesto en marcha programas de ayuda para familias de las víctimas, ofreciendo albergues temporales y apoyo psicológico. Datos recientes del Ministerio de Salud Pública señalan que la mayoría de los heridos se encuentra estable y recibe atención en diversos hospitales de la ciudad. Aun así, se recomienda a la población que permanezca alerta a los anuncios sobre seguridad en la zona, ya que persisten riesgos de derrumbes en áreas contiguas.
Se prevé que los próximos días sean determinantes para conocer el alcance real de la tragedia. Mientras los rescatistas continúan con la remoción de escombros, surgen voces solidarias que insisten en la importancia de nuevas normativas para establecimientos de entretenimiento. Es momento de reflexionar sobre las medidas que puedan evitar desastres de esta magnitud y, sobre todo, de acompañar a quienes han perdido seres queridos o sufren la incertidumbre de no tener noticias de sus familiares.
